“A menos de 50 centímetros de donde yo estaba con mis dos nietos, pasó una camioneta sin chofer que se rodó después que los ocupantes se bajaron a una carpintería”, dijo Daira Valencia.
La mujer, quien ayer para ganarse unos cuantos dólares ubicó un parasol y una mesa plástica para vender chirimoyas, a un costado de la vía principal de la parroquia Tachina, a unos 50 metros del puente, se llevó un gran susto.
Explicó que tenía a uno de sus nietos de meses de nacido en sus brazos y que todo ocurrió muy rápido, pues, de milagro el carro no les embistió, que terminó cayendo al estero.
Agregó que los ocupantes del vehículo al ver que el carro rodaba solo salieron a tratar de detenerlo pero fue imposible evitar que cayera al vacío. Luego, con la ayuda de personas del sector lograron sacarlo del estero a donde cayó. (DMG)