Las bajas temperaturas que se han presentado en las últimas cuatro semanas han servido para que el virus AH1N1 vuelva a circular en el país, siendo Pichincha la provincia que concentra la mayor cantidad de afectados.
Desde que a mediados de diciembre se presentaron los primeros contagios hasta la primera semana de enero, el Ministerio de Salud Pública registra un total de 110 casos de esta enfermedad, que en 2017 pasó casi desapercibida.
En su mayoría, 99 de ellos se localizan en Pichincha. El resto en Azuay, Cañar, Esmeraldas, Guayas e Imbabura, detalló ayer la viceministra de Gobernanza y Vigilancia de la Salud Pública, Inti Quevedo, en un conversatorio con la prensa.
“Es un brote de casos que lo esperábamos, que está dentro de la tendencia habitual de casos para un país con las condiciones climáticas que nosotros tenemos”, apuntó la funcionaria al enfatizar que no se trata de una epidemia.
El virus está presente en Ecuador desde 2009 y el último brote se dio en 2016 cuando se registraron 681 casos y 37 fallecidos.
10
mil dosis de Oseltamivir dispone el MSP para atender a los pacientes. Quevedo informó que desde este mes se realiza la campaña de vacunación contra la influenza que tiene como objetivo cubrir a cinco grupos prioritarios, en los que están las mujeres embarazadas, personal de salud de atención directa al paciente y niños menores de 6 meses a 5 años.
También los adultos mayores de 65 años en adelante y las personas con enfermedades crónicas a partir de los 6 meses de edad. De acuerdo con la Viceministra, se estima vacunar a una población de 3’963.359 personas.
El 90% de los casos de influenza es leve; solamente el 10% se trata a escala hospitalaria y dependiendo de la gravedad del caso se utiliza el medicamento oseltamivir, según el MSP. Actualmente, esta cartera dispone de 10 mil dosis (cada paciente debe tomar dos tabletas por cinco días).
Síntomas
Los doctores recomiendan a la gente que acuda al centro de salud más cercano en caso de presentar fiebres superiores a los 38° centígrados, tos o dolor de garganta intensos; y no automedicarse.
Además de tomar las medidas de prevención básicas como el lavado permanente de manos y cubrirse la boca y nariz con un pañuelo al toser o estornudar. (RVD)