Desde que se inauguró el malecón del balneario de Las Palmas, el 26 de mayo de 2016, miles de personas de Esmeraldas y de otras latitudes del país y del planeta han disfrutado de sus bondades; mas, han pasado 20 meses y ya se puede ver algunas cosas negativas que deben ser tomadas en cuenta para su mejoramiento.
Entre lo malo está que las plantas que han sido sembradas presentan deterioro porque no tienen mantenimiento. Además, las tablas colocadas como senderos para dirigirse hacia la playa y el mar en algunos sectores están desprendidas, incluso, se han presentado accidentes.
Asimismo, las máquinas para hacer ejercicio algunas se hallan corroídas y con desperfectos, a lo que suma que el edificio de las oficinas de Flopec se ven llenas de arena por fuera, lo que da una pésima imagen.
Lo positivo
Dentro de lo positivo está que sus instalaciones son perfectas para hacer caminatas, paseo en bicicletas, andar en motos pequeñas, tomarse fotografías, hacer compras de bebidas moderadas y degustar de la buena comida.
“Hay que destacar la gran cantidad de jóvenes y adultos haciendo deporte en este espacio, de toda clase social, eso es saludable para vista misma de quienes llegamos hasta acá todos los días”, dijo Gustavo Tello, caminante de la playa.
Agregó que hay que corregir algunas cosas como evitar la contaminación y darle mantenimiento a las máquinas; “las plantas necesitan cuidado y, además, hay que mejorar los pasaderos en donde están las tablas, algunas con clavos”.
Mejoró la imagen
Carla Calderón, quien vive en el sector de Las Palmas, dijo que con la construcción del malecón se mejoró la imagen de esa zona y que con ello se ayudó para que los niños, jóvenes y adultos tengan un lugar más seguro para distraerse sanamente.
“Sin embargo, dando un buen mantenimiento se mejorará el sitio, creo que las personas que usamos el malecón tenemos que ayudar para que el lugar no se destruya”, comentó Calderón.
Refirió que lo que se ha hecho por parte del Gobierno Nacional le pertenece al pueblo y no a alguien en concreto, debido a que pata bien o para mal la obra ya está hecha y hay que cuidarla y disfrutarla. (FHI)