Revisiones

Creo que nadie, salvo quien tenga algo personal contra Jorge Domínguez, desea que su administración ande de tumbo en tumbo, de escándalo tras escándalo. De suceder así la que termina perdiendo es la ciudad. Y eso, en sano juicio, nadie lo desea.


Por lo que al estar cerca otro 7 de octubre, es meritorio que quienes administran el cantón hagan una revisión de los anhelos del Quevedo que la gran mayoría aspiramos. Y esta revisión de conceptos y de actitudes debe partir desde la primera autoridad del cantón hasta el último de los funcionarios municipales.


El común de los criterios de la mayoría de CIUDADANOS (quienes se interesan por la ciudad) es que en estos últimos meses no se avanzó como se esperaba. La actual administración llegó con el membrete de AVANZA y terminaron divorciando el concepto de la palabra. Inclusive se permitieron resurgir de las cenizas electorales a la anterior Alcaldía.


A la gente, en el juego de las comparaciones, se la escucha concluyendo que antes la ciudad estaba mejor de lo que está ahora. De parte del alcalde Domínguez, concejales y de sus funcionarios no han faltado justificaciones para los presentes problemas y, por mucho que las justificaciones sean ciertas, la gente no vive de ellas sino de resultados.


Y un ejemplo de los resultados que la ciudad espera está en las afueras del Mercado del Río. Sin ceñirnos exclusivamente al problema de este mercado, solo tomándolo como ejemplo, las recientes acciones de la municipalidad en ese punto reflejan nuestros anhelos: orden, progreso, norte administrativo, liderazgo. ¿Alguien, salvo interés particular o desavenencia personal con Domínguez, se fue en contra de lo que ejecutó para recuperar el espacio público de los exteriores del Mercado del Río? Que se sepa, nadie.


Y he ahí el meollo del asunto alcalde, concejales y funcionarios; si les interesa fortalecerse políticamente, granjearse un buen nombre en la historia de Quevedo, procuren ceñirse al anhelo de la ciudad. Nada más.


Rindan homenaje al cantón revisando vuestra actitud frente a la responsabilidad que tienen en sus manos, rectificando lo que deba rectificarse, fortaleciendo lo que deba fortalecerse. El tiempo que le resta por venir a esta administración es mayor del que se fue, aún tienen más 7 de octubres por delante de los que ya se perdieron.