Respeto a la voluntad soberana

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

El interés social y el bien común superviven con inconvenientes e incertidumbre en el momento en que vivimos los ecuatorianos producto del mal manejo político enquistado aún en nuestro territorio causando sorpresa en sorpresa las acciones de autoridades que no ven la vida de los semejantes y la suerte de su familia. En todos los actos de la vida prevalece el principio utilitario en todos los sentidos, pero hay quienes confunden la moralidad con la utilidad personal destruyendo el orden moral; la razón y el sentido común mueve a los diferentes actores de la administración del Estado en medio de caracteres diversos a que reconozca la moralidad, la idea del deber que debe cumplir y hacer cumplir porque así lo exigen la humanidad y la justicia.

La voluntad soberana en nuestro país se pronunció con elevado porcentaje a favor del SÍ en el Referéndum y la Consulta Popular pero lamentablemente se dieron a conocer con el No quienes en verdad son las personas que odian la integridad de los niños y jóvenes, quieren el amor por el desfalco-corrupción, expresan el quemeimportismo del hombre del pueblo ecuatoriano, resaltando la insensibilidad por el dolor del semejante, aplaudiendo los vejámenes, insultos, atropellos, parece mentira tanta falsedad de nuestros coterráneos que no ven más allá de sus narices.

El germen sepultado en las entrañas de la tierra desenvuelve sus fuerzas vitales, se abre paso, se abre sobre la tierra buscando la saludable influencia del aire, de la luz, del calor y dilata sus raíces para absorber el alimento, prospera, crece y ejerce las funciones que le corresponden en el mundo vegetal; en el reino animal vemos el mismo fenómeno, busca su línea de desarrollo, se cuida de cumplir su misión. El hombre y la mujer con tan notables facultades estamos sujetos a la misma ley: buscar el desarrollo ejerciendo sus facultades, saliendo del marasmo, sin embargo, encomendado al libre albedrío quedando a veces inferior a lo que puede dar.

Tiene inteligencia, pero abusando de su libre albedrío la deja sumida en la ignorancia, en las limitaciones y con bastante frecuencia la alimenta de errores, es probable que aspire al bien infinito, pero se equivoca y reiteradamente, la voluntad propia la rebaja si quiere hasta hundirla en terribles equívocos, en un lodazal de corrupción y miseria. La voluntad soberana está hastiada de lo que se informa, ocurre en el país, los mismos actores no pueden continuar en determinadas funciones, hay sendos errores que dejan mucho que decir de nuestro país, seguimos de tumbo en tumbo, de mal en peor.