El nuevo Consejo de Participación Ciudadana

LUIS LÓPEZ ESTUPIÑÁN

Después de la última consulta popular, constante de 7 preguntas claves, el pueblo ecuatoriano se definió: el Sí fue una mayoría tan rotunda que solo los necios y malcriados dudan o no quieren reconocer. Tengo que confiar a ustedes que nunca me imaginé el alcance que tuvo y tiene el Consejo de Participación Ciudadana, la inmensidad de su espectro, que lo convirtieron en el ¡Cuarto Poder del Estado!

La forma de seleccionar los hombre y mujeres que integrarían las ternas que debe de enviar el Presidente de la República a la Asamblea Nacional, ha demostrado la gran avidez existente por todos los partidos y grupos políticos del país, sin excepción. Con toda libertad estos partidos, movimientos y grupos importantes de los aborígenes han presentado ya nombres de conocidos dirigentes políticos y gremiales. Esto no puede ser, el Consejo de Participación debe ser integrado por distinguidos hombres de cultura y conocimientos elevados, sin tachas ni pasados agobiantes. A esas vocalías deben acceder quienes tengan gran trascendencia en el trabajo para lograr pronto un nuevo Ecuador que se levante airoso de las tenebrosas profundidades del engaño político, de la felonía, de la traición y de la deshonestidad.

Lo dicho requiere entonces, seleccionar a hombres y a mujeres de conducta ejemplar y excepcional, quienes deben dirigir al país, precisamente al margen de la clase política. Por allí han sonado nombres de distinguidos ecuatorianos que podrían integrar este nuevo Consejo de Participación Ciudadana transitorio, algunos de ellos, cuyos nombres aportan al fin. Deberán añadirse, sociólogos, intelectuales, historiadores, analistas de nuestra economía, porqué no algunos miembros correspondientes de la Casa de la Cultura. El Gobierno debe presentar las ternas conformadas con estas personas de clase intelectual y de conocimientos académicos.

Con esta oportunidad, llamo la atención a quienes tienen el deber de integrarse para logar la estructuración de un nuevo Consejo de Participación Ciudadana, que, si bien es transitorio, le va a tocar remecer fuertemente el gran árbol del Estado para que caigan todas las frutas podridas. El país necesita de una ¡gran limpieza!

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