Desplazados por la violencia acogidos en casa de familiares

BENEFICIO. Gran parte de los habitantes desplazados del recinto El Pan, en la frontera norte recibieron atención médica en la ciudad de San Lorenzo.
BENEFICIO. Gran parte de los habitantes desplazados del recinto El Pan, en la frontera norte recibieron atención médica en la ciudad de San Lorenzo.

Las casas de sus familiares en la ciudad de San Lorenzo, son ahora los lugares de residencia temporal, de 312 personas se han visto obligadas a salir de la comunidad El Pan, Mataje Alto y Tobar Donoso, parroquia Mataje, en la frontera norte entre Ecuador y Colombia, debido a los enfrentamientos armados entre miembros del Ejército ecuatoriano y grupos de civiles armados.

Los comuneros ayer se concentraron en una cancha sintética ubicada en el ingreso a la ciudad norteña, para recibir asistencia médica por parte del Ministerio de Salud con el apoyo del Municipio, que desde el domingo pasado que las personas empezaron a abandonar los poblados, los ha asistido entregándoles raciones de alimentos y ropa.

También se ha acondicionado un centro educativo donde se tenía previsto albergar a los desplazados, pero, ellos decidieron no estar en ese sitio, por la incomodidad y la no costumbre a convivir en esas condiciones, por eso están en las casas de familiares.

‘Intimidados desde Colombia’

Una madre de familia denunció la detención de su hijo de 33 años y su cuñado de 32. En total se reportan cuatro, entre ellos un adolescente. Los comuneros afirman que los detenidos son inocentes de las acusaciones que les imputan, pues, son campesinos dedicados a la agricultura, por ello, esperan que pronto recobren su libertad. También comentan que fueron afectados en sus derechos por militares.

En cambio, el contralmirante del Comando de Operaciones Norte (Coopno) y responsable de los tres batallones de la provincia de Esmeraldas, John Alvear, asegura que hasta el momento sus uniformados le han reportado la detención de tres: dos colombianos y un ecuatoriano.

Además aclara que la salida de los comuneros no obedece a supuestas agresiones de sus uniformados, sino a las intimidaciones que reciben de gente de Colombia, que estaría vinculada con el narcotráfico.

PERJUICIO. Los comuneros se muestran preocupados por haberse alejados de sus casas y tierras, donde tienen sus bienes y animales como gallinas y chanchos que criaban.
PERJUICIO. Los comuneros se muestran preocupados por haberse alejados de sus casas y tierras, donde tienen sus bienes y animales como gallinas y chanchos que criaban.

Con normalidad

Mientras tanto, en la ciudad de San Lorenzo, las actividades comerciales y de trabajo se realizan sin mayores contratiempos, la Policía Nacional realiza patrullajes y operativos de control en las calles principales, sin novedades.

La población se muestra tranquila, luego del atentado con un coche bomba al cuartel de la Policía en 27 de enero de este año, desde ese día está vigente un Estado de excepción, que entre sus alcances faculta a las autoridades impedir que los civiles estén fuera de casa después de las 22:00. (DLH)

Actividades cotidianas

En el ingreso a la urbe de San Lorenzo, la única gasolinera luce con tres militares y personal de seguridad privada. A las 07:30 la mayoría de los locales comerciales del centro de la ciudad, ya estaban abiertos.

Con el pasar de los minutos, pasadas las 08:00, las instituciones públicas como Fiscalía, Judicatura, Municipio y Tenencia Política, abrieron la atención al público, que con normalidad concurría.

En el muelle las actividades se cumplen sin mayores contratiempos. Uno de los hombres que trabaja ayudando a los viajeros a sacar sus pertenencias, comentó que después del atentado con explosivos, han disminuidos las personas que llegaban de Colombia, pero las lanchan laboran con normalidad porque ecuatorianos van a comprar al país vecino.

En uno de los hoteles cercano el Municipio, llamaba la atención un buen contingente de policías del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y Grupo de Intervención y Rescate (GIR), quienes alistaban los carros para salir a los patrullajes en la ciudad. A los pocos minutos salieron en columna a cumplir sus obligaciones. En las calles de la ciudad la población camina tranquila, Juan P., dijo que las personas deben trabajar para subsistir.