La década de los mega robos

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Fueron demenciales el despilfarro y la corrupción en la década correísta, sólo hemos visto la punta de un iceberg, una pequeña parte de su real volumen, esto va más allá de los sobornos de Odebrecht y las responsabilidades de Glas, más allá de sus mega-atracos en el sector petrolero y demás sectores estratégicos con su cuento del cambio de la matriz productiva; el propio Lenín Moreno ha señalado que el 86% de las obras contratadas por el anterior régimen entre 2009 y 2017 “presentan inconvenientes” ha dicho, hablando más claro, están impregnadas por el pestilente olor de la corrupción, de una inversión de $ 3.000 millones para un total de 730 obras contratadas, 640 de estas “obras” deberán ser investigadas, pues en algunos casos se han detectado incrementos de hasta el 700% en relación a su costo original, decirle sobreprecio a eso es poca cosa, aquello fue un verdadero asalto.

El actual Presidente lo denunció públicamente en octubre del 2017, lo malo es que de la denuncia no ha pasado; de un monto original de 2.138 millones, estas 640 obras subieron a cerca de 4.000 millones, como ejemplo el ministro de Obras Públicas citó una carretera en Vilcabamba, provincia de Loja, que de $ 19 millones pasó a costar 152 millones, es decir se incrementó el citado 700%, para una vía en la que circulan unos cien vehículos diarios. Obras que parecían tener nobles fines como salud, educación, seguridad, sólo fueron pretexto para asaltar los recursos públicos, lo que es peor, en muchas de estas persisten problemas para ser funcionales y otras quedaron abandonadas, hoy para concluirlas este gobierno deberá invertir cerca de mil millones adicionales. No sólo que la mesa no estaba servida, sino que estaban llevándose la mesa, las sillas y hasta la vajilla.

Por lo que vamos conociendo, en todos los frentes y áreas del gobierno correísta están omnipresentes la corrupción y el despilfarro, lo que no se ha descubierto es porque aún no se ha investigado, no eran obras, eran atracos; los sobornos nos costaron muy caro, no es como decía el iluminado que los sobornos no perjudican al país, nos creyó idiotas. Aeropuertos en que ningún avión despega, carreteras como la referida, $ 1.500 millones gastados en una explanada para una refinería que nunca paso de “primera piedra” la piedra más cara de la historia nacional, las ampulosas insultinas sabáticas y tener más de 30 ministerios en un país pequeño y pobre, son también los elocuentes signos del insensato despilfarro en la década robada.

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