Fórmula E regresa a Uruguay tras dos años de ausencia

CAMPEONATO. Es el primer y único certamen de carreras con monoplazas eléctricas.
CAMPEONATO. Es el primer y único certamen de carreras con monoplazas eléctricas.

Sustituirá la carrera prevista inicialmente en Sao Paulo. Jéan-Erc Vergne es el líder.

Redacción MONTEVIDEO

EFE

El Campeonato de Fórmula E regresa tras dos años de ausencia a Punta del Este (Uruguay) hoy, luego de sustituir a la carrera prevista inicialmente en Sao Paulo, con el piloto francés Jéan-Erc Vergne como líder destacado gracias a sus 81 puntos.

La prueba del Circuito Callejero de Playa Brava, cuyo trazado es de 2.785 km y presenta 20 curvas, será la sexta del torneo y supondrá el ecuador del certamen, a falta de las pruebas europeas en Italia, Francia, Alemania y Suiza y las dos competencias finales en Estados Unidos.

Pilotos destacados
En las dos únicas ediciones celebradas hasta ahora en Punta del Este, en 2014 y 2015, venció Sébastien Buemi, que ahora marcha cuarto en la clasificación general por debajo de Vergne y del sueco Felix Rosenqvist (69 puntos, dos carreras ganadas) y el británico Sam Bird (61).

Entre los pilotos que compiten en este torneo mundial de Fórmula E destacan algunos nombres por su paso por la Fórmula 1, como el brasileño Nelson Piquet Jr., el alemán Nick Heidfeld y el propio Buemi.

Organizado por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), el campeonato de Fórmula E es el primer y único certamen de carreras con monoplazas totalmente eléctricos, silenciosos y limpios, que funciona como laboratorio para desarrollar vehículos ecológicos.

Un recorrido
En siete meses de competición han participado 10 equipos con sus veinte pilotos profesionales por los circuitos urbanos de diez ciudades: Hong Kong acogió las dos primeras carreras de esta temporada, entre el primero y el 2 de diciembre del año pasado, y Nueva York verá el fin de la contienda con otras dos el 14 y el 15 de julio.

Un final precipitado porque Montreal renunció a finales de 2017 a organizar la carrera por el elevado coste del evento para las arcas municipales y por la falta de beneficios económicos para la ciudad, además del fuerte rechazo social.