Por: Juan Pacheco Luque
Desde 1880, el pueblo esmeraldeño inicia su lucha por tener un hospital. En 1887, el Congreso de esa época, por la presión existente, dispone la construcción de un hospital para Esmeraldas y fija en el presupuesto de 1888, una partida de 4.000 sucres para el inicio de esa construcción; todo esto en el gobierno del Dr. Antonio Flores Jijón.
En 1890, sin que se sepa quién lo hizo, lo cierto es que se construyó un buen edificio para el hospital, en ese tiempo, ubicado en la calle Eugenio Espejo, entre Av. Libertad y Malecón, edificio que fue entregado a la Junta de Beneficencia.
La verdad es que esa construcción nunca fue utilizada como hospital, porque fue ocupada por la fracción del Batallón Alajuela del Ejército, en poder del cual sufrió un voraz incendio que lo redujo a cenizas el 28 de agosto de 1903. Durante la revolución de Concha, el Ejército ocupó los pocos locales escolares que existían, al igual que muchos edificios particulares, como recintos hospitalarios.
Utilizada como hospital
La actual escuela Hispano América, antes llamada Luis Vargas Torres, sirvió como hospital; asimismo, la casa de la señorita Sofía Pimentel, ubicada en la Manuela Cañizares, ente Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, y la residencia de doña Sara Concha de Gastelú. localizada en la Juan Salinas y Malecón.
El 13 de mayo de 1920, la señora Delfina Torres donó una hectárea de terreno para la construcción del hospital civil, en el lugar histórico donde está situado. El registro de esta donación se lleva a efecto el 12 de marzo de 1930.
En el gobierno del Dr. Luis Tamayo, yerno de doña Delfina, esta matrona consigue la partida presupuestaria inicial para que comience la construcción del hospital. El 12 de abril de 1926, en el gobierno del Dr. Isidro Ayora, se crea la Junta de Asistencia Pública, presidida por el Dr. Leonidas Mario Drouet, quien realizó acciones en pos de la construcción del hospital.
El 23 de marzo de 1936 comenzó a ofrecer sus servicios el hospital Delfina Torres de Concha en los terrenos donde se levanta actualmente su edificación.
Era un establo
En ese sitio estaba un establo que fue acondicionado por la Junta de Asistencia Pública, encargada de los servicios de salud en ese periodo, para que se acondicionaran las instalaciones de atención; cuatro años más tarde, se reestructuró para dar lugar a dos salas: una de hombres y otra de mujeres y niños.
En 1950 el local no contaba con agua potable ni luz eléctrica, el agua provenía de fuentes no garantizadas y la luz se obtenía por medio de lámparas Petromax. En 1958 se instalaron dos salas para niños, dos para mujeres y dos para hombres; además, un centro quirúrgico, una sala de partos y una farmacia.
La construcción era mixta y desde 1963 a 1966 el hospital fue dirigido por la Junta Militar de Gobierno, que contaba con cinco médicos, una enfermera, dos auxiliares de enfermería y una administradora.
En 1970 este local fue reducido a escombros por un incendio provocado por un enfermo mental; la atención por ese tiempo se brindaba en las instalaciones del hospital Franklin Tello Mercado, construido por esa época.
Decisión increíble
Más tarde, 12 años después, se reinauguró, en 1982 por el Dr. Francisco Huerta, ministro de Salud de esa época, y en los años 90 a través del proyecto Modersa se interviene para su remodelación.
Increíblemente, cuando el hospital Delfina Torres se hallaba en proceso de acreditación y había mejorado su equipamiento, servicios y especialidades lo cierran sin justificación alguna, perjudicando a miles de usuarios de esta unidad de salud.
Cuando se han cumplido 82 años de funcionamiento, el mejor homenaje que se debe brindar a su creación y a su Patrona Doña Delfina Torres, madre de los héroes Luis Vargas Torres y Carlos Concha Torres, es reabriéndolo, porque este hospital, aparte de su función médica que cumple, está ligado a la historia política profunda de Esmeraldas; no hay que olvidar que para que este hospital comenzara a funcionar, transcurrieron 56 años de lucha del pueblo de Esmeraldas.