Atraso intelectual e indisciplina

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

La prensa local nos ha hecho conocer en los últimos días dos hechos preocupantes que merecen la atención ciudadana y a los cuales hay que prestarles especial atención. El uno hace relación al lugar penúltimo que ocupa Esmeraldas en el escalafón educativo nacional y el otro al comportamiento de los estudiantes de un colegio que forman parte del club deportivo del plantel, quienes han agredido de manera cavernaria a los rivales que les habían derrotado en un cotejo de fútbol, así como al árbitro del partido. Algo vergonzoso en ambos casos.

Sobre el atraso educativo, ya la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en la primera década del presente siglo había hecho conocer este particular cuando ubicaba al Ecuador en el último lugar en excelencia educativa y a la provincia de Esmeraldas en sitio similar del país. Aquí, una investigación reveló que un número alto de profesores había instituido los ‘autocambios’ para trasladarse por su cuenta y riesgo al plantel urbano que se les antojaba, cuando no obtenían el traslado legal.

Las estadísticas señalaron entonces que había escuelas con mayor cantidad de profesores que alumnos, como una de la parroquia Bartolomé Ruiz, con 11 alumnos y 19 profesores. A este hecho había que agregar la carencia total de evaluación a preceptores y estudiantes, proceder que no permitía obtener conocimiento de la realidad educativa regional. Una investigación de finales del siglo XX y comienzos del presente permitió descubrir que gracias a la influencia de los legisladores esmeraldeños la Dirección de Educación llegó a contar con la relación de profesor-alumno de uno a 15, la cual convertía a este territorio en uno de los mejor atendidos del planeta.

En cuanto al comportamiento moral de los estudiantes, las quejas han ido aumentando en los últimos 30 años y no se ha reportado de soluciones. Ha habido indolencia extrema y falta de colaboración del hogar. El consumo de drogas prohibidas por los menores ha ido en aumento y muchos de los chicos se han visto involucrados en el tráfico de estupefacientes. Los campos deportivos no han sido excluidos para los actos de indisciplina.

Se impone un análisis serio y profundo de la situación disciplinaria de los estudiantes de todos los niveles tanto en esta provincia como en el país. Hay que insistir en la capacitación de los educadores y obtener la colaboración de los padres de familia, para formar un ejército de nivel intelectual elevado que repare los desatinos y eleve la educación en todos los escalones requeridos. De otra manera seguiremos cayendo al abismo más pronunciado desde el cual será muy difícil retomar.