Esperanza habitacional para los damnificados

BENEFICIARIOS. Los damnificados que recibirán sus casas en un máximo de seis meses, estuvieron en el terrero previsto para aquello.
BENEFICIARIOS. Los damnificados que recibirán sus casas en un máximo de seis meses, estuvieron en el terrero previsto para aquello.

En un área de cinco hectáreas se construirán 400 casas. El terreno ya se está interviniendo.

Aborde de un bus, madres y padres de familias, todos damnificados por deslizamientos de tierra e inundaciones hace más de dos años, llegaron hasta el lugar donde posiblemente en un máximo de seis meses volverán a tener una casa propia.

El grupo por ahora vive en los albergues de la escuela Isla Piedad en la ribera del Esmeraldas y, otros donde era el colegio 20 de Noviembre, en la parte alta. Sin embargo, el Municipio de Esmeraldas y el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), trabajan en sinergia para lograr la meta de 400 casas.

Las viviendas serán edificadas en las cinco hectáreas por Ecuador Estratégico, por ahora no se habla del monto a invertir, pero sí que es un proyecto habitacional prioritario, que se levantará junto a la ciudadela Bendición de Dios, al sur de la ciudad.

Compromisos

Wladimir Quiñonez, director del Miduvi, tras confirmar que las primeras casas estarían listas en aproximadamente 5 o 6 meses, tomando en cuenta que el desbroce de maleza y nivelación del terreno tomaría al menos unos dos meses, llamó a la comprensión, en cuanto al tiempo, de los damnificados.

“Como Municipio de Esmeraldas, estamos cumpliendo con nuestro compromiso de dotar del terreno para la construcción de las viviendas”, indicó el alcalde Lenin Lara, destacando que las viviendas que se construirán son gratuitas y forman parte del plan de Gobierno nacional denominado ‘Casa para Todos’.

Las familias favorecidas son los afectados por la inundación generada el 25 de enero de 2016 en el sector de 50 Casas, junto al río Teaone. A ellos se suman las familias del barrio 20 de Noviembre, parte alta, quienes producto del deslizamiento del cerro estuvieron obligados a dejar sus viviendas, las que con tiempo sucumbieron al poder de la naturaleza y desde allí viven en albergues. (MGQ-Boletín)