Un extrabajador que ahora tiene discapacidad visual, relata sus dolencias luego de salir de la empresa.
Galo Jiménez Sánchez, extrabajador de la refinería desde su construcción hace 40 años sufrió un accidente laboral y tiene una discapacidad visual del 80%. Afirma que laborar en la planta industrial no ha sido la panacea como ha sido el pensamiento de la gente.
“Nací en Loja pero soy esmeraldeño de corazón y vida, estoy acá desde el año 1974, donde se empecé hacer el desalojo de la capa vegetal, luego salí pero regresé nuevamente en el año 1.976, donde fui técnico en mantenimiento”, recordó.
Comentó que la situación dentro de Refinería aparentemente es hermosa en el inicio y recordó que una planta industrial floreciente con toda la juventud del Ecuador, especialmente de Esmeraldas siendo bachilleres especialmente del colegio Luis Tello.
Contagio en la ropa
Jiménez, contó que no solamente los trabajadores como tal sufrieron durante todo los años de funcionamiento de la refinería, enfermedades profesionales, sino también los hijos de los obreros.
“La causa es que nosotros llevábamos nuestro uniforme a la casa contaminado a lavarlo y eso contagió a dos de mis hijos, quienes sufrieron alergias que las tienen hasta ahora”, reveló Jiménez.
Además se dieron casos de trabajadores que tuvieron hijos con enfermedades congénitas, fruto del trabajo y el contacto con plantas dañinas para la salud.
Jiménez tuvo que soportar una odisea no solo por sus problemas de salud, sino que hasta el año 2005, ya habían muerto por enfermedades contraídas en la planta industrial unos 160 obreros.
“No sabíamos la gravedad del asunto, trabajamos sin precaución y sin seguridad industrial, no les importó la salud de los obreros, en los 10 años del gobierno anterior cortaron todos los seguros extras, lo cual es inhumano”, lamentó el hombre que ahora vive con el 80% de discapacidad visual.
Producía chispa
Comentó que su accidente fue en la planta de azufre, la cual se paró y tenía que entrar en funcionamiento, y como había un solo equipo para 40 personas, él sufrió la consecuencia.
Jiménez dijo que al contacto con un martillo neumático y el azufre se produce una chispa y se prendía un momento y se apagaba, por lo que la gente tenía temor. “No me correspondía ese trabajo, pero ya estaban atrás de nosotros los supervisores, y me decidí hacerlo en todos los turnos, a los cinco días empecé a tener derrames internos en los dos ojos”, narró.
Asegura que su calvario empezó en el 2012, y tuvo que ir hasta Colombia, donde le salvaron un 20% de uno de los ojos, por lo que tuvo que gastar todos los recursos de su jubilación porque no tenía seguro de vida o de accidente, y para colmo recibió un 30% menos en relación a los demás jubilados normales. (FHI)
Enfermos petroleros en cifras
El Sindicato de Trabajadores de EP Petroecuador tiene un estudio actualizado hasta el año pasado de las enfermedades profesionales y catastróficas de los servidores de la refinería Esmeraldas.
Ese estudio que fue hecho en la gerencia de Pedro Merizalde, determinó que hay 387 con sordera; 277 con hipertensión, 73 con diabetes, seis con cáncer de algunos tipos y, dos con insuficiencia renal que requieren de trasplante de riñón.
Además seis con leucopenia y dos con leucemia, ambas son enfermedades relacionadas entre sí y que requieren un tratamiento largo, riguroso y costoso en mucho de los casos con final lamentable.
Más hombres
Del estudio realizado se determina que 1.045 son hombres y 136 mujeres, quienes son parte de la parte administrativa de Refinería, además se ha determinado como grupos vulnerables a 21 personas con enfermedades catastróficas, seis leucopénicos, cinco mayores de 65 años, 62 con capacidades especiales y cuatro embarazadas.
Lo negativo, según Germán Cevallos, presidente del Comité de Vigilancia de la salud del Sindicato de Trabajadores de EP Petroecuador, es que no se haga nada para tratar esas dolencias. (FHI)