Cuestión de método

En la guerra, el amor y la publicidad, todo se vale. Por eso, no es extraño que un conocido participante de un ‘reality show’ grabe un video, denigrando la figura de las madres solteras, lo difunda a través de sus redes sociales y, al siguiente día, aclare que era parte de una campaña publicitaria para una marca de pañales.

Bratt Murgueitio fue quien protagonizó este episodio. En su intervención, que dura un minuto y 48 segundos, interpreta una canción a la que denominó “Me molestan estas mamás” y dice cosas como: “eres un mal ejemplo, como una madre no tienes derecho. Por más que reces mereces lo peor y, aunque reces, ya no tienes solución”.

Las reacciones surgieron apenas se viralizó el ‘post’. Los internautas sugirieron que el personaje en cuestión estaba incurriendo en el delito de odio y de discriminación., Murgueitio no solo se presentó con su mamá en un programa de televisión para explicar los motivos ocultos de esta publicación y presentar un nuevo ‘spot’ en el que se exaltaba a las “mamás 4×4”. Y cuestionaba: “si la defendiste tanto en las redes sociales, ¿por qué no hacerlo en la vida real?”. Sin duda, la campaña tuvo impacto.

Miles de personas compartieron y comentaron el contenido, acompañándolo de una retahíla de insultos y opiniones negativas. Una gran parte no se enteró de la segunda entrega y se quedó con la imagen del “machista” que quiso notoriedad a costa de las madres solteras. Un grupo afectado inició acciones legales contra Murgueitio, por las que podría enfrentar de 1 a 3 años de prisión, de comprobarse las acusaciones.

Me pregunto: ¿si hay responsabilidad en el manejo de la información en este tipo de campañas? Si el uso de este método, que busca generar controversia, para vender un producto específico, realmente está justificado…

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