Jaime Zapata inaugura exposición en la Alianza Francesa Quito

Quiteño. Radicado en Francia, exhibe su obra en la Alianza Francesa.
Quiteño. Radicado en Francia, exhibe su obra en la Alianza Francesa.

Hoy, a las 19:30, se inaugura ‘El caos invisible’, que contiene pinturas de varios formatos.

“El caos es la rutina… la rutina puede ser un infierno”. La rutina invade. Sin darnos cuenta, convivimos con ella. Esa es la reflexión que Jaime Zapata (Quito, 1957) comparte a través de sus cuadros, esos que trae desde Francia, aquellos que “cargaba con elásticos invisibles desde hace mucho tiempo… Esos elásticos que ya no te permiten volar”. Y para alguien como Zapata, de un vuelo alto dentro del arte, esto puede resultar terrible.

Por eso cada una de sus pinturas se transforman incansablemente. Una rubia puede terminar convirtiéndose en una china. Una pared de fondo puede transformarse en la ventana de un apartamento de Montpellier… Destrucción y reconstrucción de una obra. Aparecer y desaparecer… Zapata sabe que hay alquimia en la pintura.

Estas ideas rondan en su muestra ‘El caos invisible’, que se inaugura hoy (19:30) en la sala de exposiciones de la Alianza Francesa Quito. Una exhibición donde prima la figura femenina, tan desnuda como enigmática, pero que también da espacio a que aparezca un retrato de su pequeño hijo Mäel, la única pintura que el da por acabada.

Trabajo
Zapata está en su estudio. Alista varios cuadros de distintos formatos. Cada uno tiene su historia, pero aclara -con una postura sincera-, que “una obra nunca debe sugerirte una historia, porque se cae en el panfleto”.

Así aparece una cautivante mujer japonesa; una rubia con ojos de tristeza y sonrisa perfecta; varias chinas, con figuras esbeltas hasta aquella tan imponente con sus kilos regocijantes; está aquella muchacha de pose libre… Todas ellas en atmósferas que se han (re)construido una y otra vez. Todas pinturas que, paradójicamente, están tan listas como inacabadas.

En un inicio, este conjunto de pinturas, antes de ser ‘El caos invisible’, iban a llamarse ‘Las iras de la edad’. Y es que ya, con 60 años, el artista también tiene como gran preocupación al tiempo.

“Sucede que hay momentos en los que ni siquiera te das cuenta de lo que está pasando… Nunca logré atrapar mi tiempo, mi vida fue como estar en el ojo del huracán, ahora es como que asiento el pie”, comparte el pintor.

Aprendizaje
“Viajar afuera (Francia) y el arte me han dado ese vértigo de la incertidumbre, que en su momento sirve, te ayuda”, dice Zapata, quien asegura que hay momentos donde “llega una especie de balance”.

“Todo momento tiene su importancia. Te das cuenta que la curva es descendente, en cuanto a la edad me refiero, porque en el resto siempre se busca ascender. La disciplina la tengo, solo espero más salud y correr con suerte para seguir de largo de una manera más madura”.

Y, cuando se mira su obra, una se replantea: ¿Qué es la madurez? ¿Cómo alguien como Zapata asegura seguir aprendiendo? “Lo de aprender se centra en saber resolver los problemas”, manifiesta.

“Todo depende de dónde te pones la barra -sostiene-. Mi conocimiento hace que no pueda ser un mentiroso. Yo sé que lo que hago es un buen trabajo, pero siempre creo que hay niveles más altos para ser un artista pleno”.

Se da tiempo para citar a Rembrandt, Velázquez y Picasso: sin duda una barra alta, la cual le permite construir una obra cuya “única intención ingenua” sea “recuperar la identidad propia e intrínseca de las cosas” y por consecuencia su “propia identidad”.

Una identidad que también se puede encontrar si salimos de nuestra rutina para darnos un espacio y contemplar su obra. (DVD)

Actividad paralela

COFERENCIA Y CONVERSATORIO

Lugar: Alianza Francesa Quito
Fecha: 19 de junio de 2018
Hora: 19:00 a 21:00
Entrada: libre con previa inscripción: https://es.surveymonkey.com/r/FLLQ2XT

Clase magistral de Pintura

Lugar: Galería Alianza Francesa Quito
Fecha: 20 de junio de 2018
Hora: 15:00 a 19:00
Entrada: libre con previa inscripción: https://es.surveymonkey.com/r/GXWBKLM