Independicémonos del totalitarismo

CARLOS CONCHA JIJÓN

Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador han sentido la opresión y el maltrato inhumano ejercido desde el poder, hechos manifiestos en cada uno de estos países, a través de la fuerza impositiva con el patrocinio del totalitarismo, que ha funcionado, con supremo despotismo, como motor destructor de la democracia, efectivizado con audacia, insolencia e intolerancia.

A pesar que estos países lucharon y lograron su independencia hace muchísimos años, hoy el fantasma del totalitarismo continúa como una amenaza visible, subyugando a través del socialismo siglo XXI, pues, es aberrante la situación que hemos soportado, desde persecución, hasta muerte, impuestas por la voluntad prepotente del tirano.

Nuestra colectividad ha soportado un sin cesar de ofensas en el correato, que hizo desaparecer el estado de derecho, pues, se ejerció el poder omnímodo manejado abusivamente con el usufructo del arbitrario uso de todos los poderes del Estado e infringiendo daños irreparables a la economía nacional, incluso, logrando patente para la corrupción; hubo la metedura de manos indignas en la justicia, las sabatinas del bochorno y graves heridas al IESS.

Hoy nuestro país da muestras de repudio contra ese socialismo inhumano, que ha dejado en nuestra colectividad imborrables cicatrices de ignominia, razón que nos obliga a estar alertas en la posibilidad de tener que luchar para lograr la total independencia del totalitarismo. Pero alcanzar el grado total de independencia requiere de la dignidad de nuestro pueblo, el espíritu, la voluntad y la fe con plena convicción en el combate a los gobiernos manejados por tiranos.

Tenemos que doblegar las banderas del oprobio y la humillación, revelándonos ante la injusticia de ese socialismo maléfico; tenemos que mirar hacia el futuro, un futuro de bienestar común, de libertades y derechos, hasta alcanzar la gloria demandada con esfuerzo y sacrificio, buscando siempre las acciones heroicas que ennoblezcan la historia con la brillantez de una brega reivindicadora del pueblo.

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