La madrugada del sábado 27 de enero en los exteriores del cuartel policial de San Lorenzo, explotó un carro cargado con explosivos. El atentado, atribuido después al grupo disidente de las FARC, liderado por alias ‘Guacho’, no provocó muertes.
Desde ese día se reportaron en el fronterizo cantón algunos atentados a las Fuerzas Armadas, responsable de la seguridad fronteriza. Una de las embocadas fue mortal. Tras ese ataque tres militares murieron y con el paso de los días se sumó otra víctima.
Igualmente se reportó el secuestro y asesinato de tres miembros del equipo periodístico de Diario El Comercio. Luego de más de dos meses de su muerte, sus cuerpos habrían sido hallados en el fin de semana pasado en Colombia.
Otras ciudades
Mas, no todas las acciones violentas se reportaron en la frontera. En la parroquia Viche, cantón Quinindé, zona central de Esmeraldas, una torre del Sistema Nacional de Interconectado se intentó derribar con explosivos.
Además, en Quito y Santo Domingo de los Tsáchilas se confirmó la presencia de artefactos explosivos que fueros detonados de manera controlada. Cada alerta obligaba a los grupos élites de la Policía Nacional a extremarse.
Frente a toda esa cadena de violencia se emitieron tres estados de Excepción, la creación de la Fuerza de Tarea Conjunta e incluso la firma del Decreto 437 que promulga la política de Defensa, Seguridad y Desarrollo para la Frontera Forte. (MGQ)