Eminente accionar

El ser revestido de razón y de libre albedrío es dueño de su espontaneidad, condicionando su desarrollo y perfección prescrita en reglas que dirijan su accionar y su conducta, actuando con deberes consigo mismo sin estar exento de las leyes de la moral. La preparación académica y la experiencia a través de la escuela de los años perfeccionan al semejante para obrar con perfección respectiva al desenvolvimiento de sus actos y profesionalismo.

Lo dicho permite observar la manifestación humana de talla de un compatriota que dirige los destinos del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio desde el presente año 2018 en el país, junto a valorables personalidades del quehacer público y profesional para encausar lo mal habido y encontrado en la administración pública pues, luego de la valoración a personas en ciertos cargos se detectó horrendas fallas plasmándose la justicia lógicamente saliendo a flote la honorabilidad del Dr. Julio César Trujillo, profesional de altos quilates, respetable caballero y dignamente reconocido una vez más y ahora como Presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social de Transición, enfrentándose a la corrupción y a envalentonados que han mancillado el honor de los ecuatorianos y tomaron como norte la corrupción, atropellando la Constitución que nos asiste.

No se equivocó el Presidente de los ecuatorianos al seleccionar entre un masivo listado a estos personajes que actúan basados en la Ley y la justicia sin conceptuar compadrazgos o amistades del régimen anterior así como convencionalismos políticos. Los años fortalecen el espíritu y consagran el ejemplo de la personalidad, eso es el Dr. Trujillo quien por el cúmulo de lo que su vida encierra y dirige como deber fundamental constituye la fórmula general de la ejecución del deber en el desarrollo armónico de sus facultades propias de un ser inteligente y libre. Digno ejemplo de imitar para quienes seguimos lo que está encargado de llevar a la perfección, amando lo correcto y justo sin inclinación partidista. En él encontramos un ejemplo de cómo está unida la moralidad y la utilidad.

Ya conocíamos su trascendencia y trabajo honesto e implacable cuando se destacó como Presidente de la Comisión Anticorrupción enfrentándose a quienes cometían desatinos queriendo los perversos acallar la voz y entorpecer vilmente lo bien descubierto, actuado y sancionado; ahora, desde la alta función que le asiste se manifiesta como siempre íntegro, respetable, sacando a flote la transparencia y la democracia que deben manifestarse en el país, necesitamos vivir con respeto, amor a sí mismo y a los demás, paz, autonomía, confianza y una gobernabilidad de alto nivel.