Conciencia

Qué difícil hablar del futuro y que tu carta de presentación sea el lastre de los últimos años. ¿Cómo llamarse progresista cuando Correa pisoteó a los colectivos feministas, saboteó la iniciativa ciudadana de Yasunidos y lo reventó, aunque “solo el 1%”? Traicionó a sindicatos, profesores, obreros y jubilados. Criminalizó la protesta social, esa que tanto defiende Vargas y compañía. Calló periodistas, y controló la opinión de la gente. Disolvió las organizaciones sociales, y alardeaba de machismo, homofobia y violencia mientras se cantaba unas pocas canciones protesta.

¿Cómo atacar a las “élites”, cuando los verdes construyeron fortalezas impenetrables de poder, cuando durante diez años sólo una persona tuvo el privilegio de hablar impunemente todos los sábados, cuando sólo unos pocos adeptos han podido costear de la noche a la mañana un Maserati o aviones privados con un chef belga mientras el desempleo y la informalidad no han hecho más que crecer? ¿Con qué boca hablar de honestidad y desfalco en el feriado bancario, cuando ellos pusieron de feriado la ética, y de paso se feriaron la plata de los jubilados, las cuentas de los policías, la plata de los municipios, el fondo para la reconstrucción de Manabí, aparte de sobornos, coimas y demás “acuerdos entre privados”?

¿Cómo criticar a Moreno cuando ellos lo encumbraron al poder y esta semana votaban juntos contra la independencia de la fiscalía y a favor de la tapadera del CPCCS? ¿Cómo defender la democracia cuando liquidaron todas las instituciones, destituían jueces a placer, perseguían opositores? ¿Qué dignidad nos quieren devolver? ¿La que le negaron al Gral. Gabela o a Los Diez de Luluncoto?

Qué difícil defender un modelo que solo ha dejado un reguero de odios y pobreza. Qué difícil ser Arauz o votar por él. Qué difícil, cuando de verdad se tiene conciencia.