Unasur

Andrés Pachano

Cuando nació la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur por sus siglas, su propósito fue claramente entendido: crear un organismo regional, un bloque sólido de naciones, que enfrente, que ponga un alto al poder de la Organización de Estados Americanos (OEA), altamente influenciada y dependiente de los Estados Unidos de Norteamérica; los vientos que en el 2008 soplaban -año de la creación del organismo- de un aparente giro a la izquierda de algunas naciones de este sur del continente, hacían previsible el nacimiento de una organización con este sentido y hacían también previsible una efímera existencia, condicionada a la permanencia en el poder de las naciones de presidentes de ese signo ideológico. Extinguido el poder de Lula Da Silva y muerto Chávez Frías, rápido se inició el derrumbe de este propósito de una nueva “integración latinoamericana”, los Presidentes de las otras naciones que pretendieron sucederlos en el liderazgo regional, no fueron los herederos propicios para apuntalarla, menos para relanzarla.

En estos días, parece que se ha iniciado su derrumbe luego de una postración de más de un año, en acefalía luego de la salida de Samper, su último dirigente; naciones como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, han anunciado que suspenderán, sin tiempo definido, su participación en este foro, decisión que tiene el claro aroma a disolución, tal vez a ese sino se dirige la Unasur.

Quizá el problema de fondo sea el que la Unasur al crearse para ser un contrapeso a a la OEA, careció de una estructura institucional que la soporte, convirtiéndose en tal solo una organización de fraternidad entre los Presidentes de las naciones que la componían, con recelos y temores particulares, solo así entiendo esa práctica interna que establece que cada nación tiene el derecho a veto sobe las decisiones de la totalidad del organismo colegiado.

Los costos para mantenerla son onerosos, sufragar 800.000 dólares anuales por nación son altos. En el caso de nuestro país, con el regalo del edificio sede valorado en 45 millones de dólares hemos sufragado el importe como de 55 años de existencia de ella.

Hay que pensar en otro uso para ese palacio.