2018: el año de Rusia ¿por qué?

LUIS LÓPEZ ESTUPIÑÁN

Difícilmente el mundo podrá encontrar en su reciente historia, un personaje atípico, pero genial, como parece ser el presidente Putin de Rusia. Cuando se habló del año 2018 y se nombró como sede a Rusia para el desarrollo de la FIFA World Cup, muchos no fuimos capaces de ver en el horizonte deportivo, ¡una sobremesa exquisita! El Campeonato Mundial de Fútbol nos ha hecho conocer a esa inmensa República en todo su esplendor histórico, cultural y deportivo, además de otras cualidades.

Por algo, sí, el Presidente expresó: “este Campeonato Mundial hará conocer Rusia al mundo”. Yo me añado como uno de ellos. Vislumbraba a la Rusia abatida, desierta y desolada, recuperándose después de la Segunda Guerra Mundial. Sí. Miraba campos desérticos con viviendas rústicas y su gente vestida, los hombres con overoles, botas de trabajo y sus mujeres con la clásica batona y a lo mejor sandalias. ¡Qué equivocada apreciación tuvimos!

Rusia organizó el Campeonato del Mundo, creo, el deporte más querido y popular. El número 21. Para ello, construyó los estadios más modernos que hayan existido y reunió a 48 equipos para disputar la corona. Para el recuerdo, de los 21 campeonatos del mundo jugados, corresponden: 5 campeonatos Brasil, 4 para Italia, 4 para Alemania, 2 para Uruguay y uno para Argentina. Miren la diferencia, solo Brasil, Argentina y Uruguay han sido campeones del mundo por Sudamérica. Esa es América. Los demás están en el orbe.

Fuera quedaron Brasil, Argentina, Uruguay, nuestros exponentes americanos. No hay más. Es cierto que también quedaron fuera Inglaterra, Alemania, Italia, Portugal y de Sudamérica, Colombia y Perú. ¿Por qué?, será que los sudamericanos o americanos jugamos con más habilidad, el juego bonito de los brasileros, ya no va más allá. Según los entendidos nuestra técnica americana para jugar está 20 años atrás del fútbol europeo, de manera especial. A esto debe agregarse las sorpresas de Croacia, Senegal, Nigeria, etc. y destacar que en cada selección de los “grandes” europeos hay luminarias negras y que ellos, en alguna ocasión juntos, pronto darán mucho que hablar…

Bueno, solemnicen mi dicotomía porque el espíritu de este escrito es resaltar la belleza y prosperidad de la patria Rusa. Bellos sus estadios, hermosos sus canales de agua, más bellas aún sus catedrales, sus calles, sus mujeres, sus museos, su arte y su cultura. ¡Esta es la Rusia que Putin quería que conozca el mundo!