Matan a papá de cuatro hijas, la esposa es ciega

RECUERDO. Jackson Francisco Quiñonez Yagual de 41 años, junto a sus esposa y tres de sus hijas de 12, ocho y cinco años.
RECUERDO. Jackson Francisco Quiñonez Yagual de 41 años, junto a sus esposa y tres de sus hijas de 12, ocho y cinco años.

La víctima era la principal fuente de ingreso de una familia de seis. Los dolientes viven en Atacames.

Dos impactos de bala por la espalda provocaron una hemorragia aguda interna y la muerte a Jackson Francisco Quiñonez Yagual de 41 años, quien se desempeñaba como Agente de Control de Transito del Municipio de Atacames y chofer de tricimoto.

Al parecer el hecho se concretó en circunstancia que el occiso hacia una carrera en su tricimoto a la parroquia la Unión de Atacames. El cadáver fue encontrado a las 22:00 del viernes último, en la vía que conduce a la Unión de Atacames. Personas que pasaban por el sitio se dieron cuenta que estaba tirado en el piso.

Pensando que todavía tenía vida, fue llevado de urgencia hasta el hospital del sureño cantón donde los galenos que lo atendieron confirmaron su muerte con diagnostico paro cardiorespiratorio.

Los familiares al no estar de acuerdo con la causa de la muerte, coordinaron con personal de Criminalística y lo llevaron al Centro de Ciencias Forenses de Esmeraldas para la necropsia de Ley.

Una llamada

Según los resultados de la autopsia, Jackson Francisco Quiñonez Yagual murió a causa de una hemorragia aguda interna provocada por la penetración de dos proyectiles de arma de fuego casera.

Un pariente del occiso, informó que al perecer los criminales tenían planificado el asesinato, por cuanto a eso de las 20:20 de viernes, recibió una llamada estando en su casa ubicada en el barrio ‘Miraflores’ en el cantón Atacames.

Según el familiar, la última vez que lo vieron fue en una gasolinera cargando combustible. Con la pérdida del papá de cuatro hijas; tres de ellas menores de edad: 12, ocho y cinco años, la mamá de ellas asume esa responsabilidad.

Sin embargo, la madre de familia, Letis María Cheme Mera, perdió la visión en febrero luego de ser operada de dos coágulos de sangre en el cerebro. Uno de sus compañeros de trabajo, Edwin Ortiz, consternado dijo que pierden a un gran hermano de la institución municipal.

El mejor de los recuerdos

“Para nosotros fue una enorme sorpresa que nuestro compañero haya sido asesinado de esa forma”. Adicionalmente, señaló que era excelente servidor de quien nunca se tuvo queja.

Con una calle de honor a la entrada y salida de la iglesia, sus compañeros vestidos con uniforme color azul marino y celeste lo acompañaron en la misa de cuerpo presente oficiada ayer en la iglesia católica de esa localidad.

Una hora más tarde fue sepultado en el cementerio general, en medio del dolor de sus familiares y consternación de sus compañeros, amigos y conocidos.