Los océanos y el plástico

OMAR VALENCIA SILVA

El plástico está ocasionando muchos daños a los océanos en el mundo. La revista National Geographice de julio, afirma que cada año unas 8.000 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos y en los mares, material que en su mayoría proviene del que se tira en los ríos y calles de las ciudades. Por esto, muchas especies marinas mueren atragantadas por estos materiales. La ONG ambientalista GreenPeace, calcula que el 40% de los plásticos que hay en los océanos, matan y contaminan las especies marinas. Por ello, desde hace varios años en las islas Galápagos, el uso de los objetos de plástico está prohibido, medida muy acertada por esa bella naturaleza que existe en este lugar.

En Guayaquil, el Concejo Cantonal aprobó una ordenanza que regula la fabricación, comercio, distribución y entrega de productos de plástico. Esta medida a favor del medio ambiente ha sido bien recibida por muchas personas y se estudian alternativas para solucionar el uso de plásticos. Entre ellas está el uso de sorbetes de caña guadúa que, según un diario de circulación nacional, es una operación interesante y creativa, además, generará mucho empleo en el sector campesino y de pronto estos productos se podrán exportar, pues, todos los países deben de darle solución a este problema y, obviamente, este es un producto biodegradable.

El papa Francisco se ha manifestado sobre este tema y afirmó en una reunión con 100 empresarios en el Vaticano, lo siguiente: “No podemos permitir que nuestros mares y océanos estén plagados de interminables campos flotantes de plásticos. Lamentable muchos esfuerzos se diluyen ante la falta de normas y controles eficaces especialmente en lo que respeta a la protección de las áreas marinas, más allá de las fronteras nacionales”. Hay que insistir en usar sustitutos en el reciclaje de estos productos con miras a desarrollar productos novedosos. Es así que en muchas ciudades se han hecho casas de plástico ya usado como lo está promoviendo la fundación colombiana Llena Una Botella de Amor.

Esta iniciativa se lleva a cabo básicamente en instituciones educativas, donde se les inculca a los niños que reciclar los plásticos traerá muchos beneficios al planeta. De acuerdo con la cantidad acumulada de plásticos se transformarán en distintos elementos. El director de la fundación, John Berrío, piensa construir viviendas en varias ciudades colombianas y en otros países y el Ecuador está entre sus planes. Cuidar los océanos es de gran prioridad, porque son grandes productores de alimentos, se calcula que producen más de 150 millones de toneladas de productos muy deliciosos al año, generan mucho empleo, regulan el clima, estabilizan la temperatura y mantienen el mundo en equilibrio.

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