Cinismo indignante

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Tiempo atrás frente a la Asamblea, los nostálgicos del correísmo realizaron una protesta mostrándose bastante agresivos, aunque sin el poder de antes las cosas son diferentes: sin la logística acostumbrada, incapaces de presionar la concurrencia de burócratas, ni exigirles a los alcaldes que envíen buses llenos de seguidores, etc. Les llegó la hora de estar donde siempre estuvo el pueblo, de recibir empujones, correr, inhalar gas.

En este mes los mismos nostálgicos, fácilmente identificables, aquellos que formaron la corte del cuentero, protagonizaron en Quito una marcha contra el gobierno de Lenín, especialmente contra las medidas de recuperación económica últimamente implementadas, medidas ineludibles a fin de superar la situación de quiebra en que dejaron al país; pero demostrando que siguen siendo los abanderados del cinismo, lanzaban consignas contra lo que ellos mismos provocaron, pasando por defensores de un pueblo al que engañaron y le robaron.

El cinismo es parte del libreto de los autoproclamados socialistas del siglo XXI, basta escucharlo decir a Maduro que la emigración es un complot de sus países vecinos; que los venezolanos vienen con dinero y se lo roban en Quito o en Lima y en el colmo de su cinismo quiere demandar a los países que acogen a los migrantes. El sátrapa con su “plan retorno” ha logrado que regresen 186 migrantes, de más de 200 mil que han entrado al Ecuador, donde ya se han quedado unos 70 mil, de casi 2 millones y medio que han salido de Venezuela, ante esas cifras su cacareado plan retorno es una completa ridiculez, sólo grandioso en la cabeza del dictador.

En Nicaragua el cinismo de Daniel Ortega se mide por los muertos en las protestas callejeras, la realidad dice que van más de 400 fallecidos, para Ortega no llegan a 200; él y su mujer se aferran obsesivos al poder, minimizando cínicamente la intensa lucha popular. Sin duda ese cinismo se da a todo nivel, hace poco vimos como ante la carencia de agua en un cantón del Guayas, que por varios días sufrió una desesperante falta de líquido vital, por lo cual la población reaccionó indignada.

Pero frente a las conminaciones que le hacía la gobernadora, la alcaldesa de este cantón solo se limitaba a repetir airada que allí no pasaba nada, actitud que contrastaba con el inconformismo generalizado, pero explicable por la imagen del exemperador en el despacho de esta alcaldesa. Si usted ve a uno de estos robolucionarios torciéndole el pescuezo a un pollo, lo negará y dirá que él no ha sido, que el pollo solito se desnucó.

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