La damnificada por el deslizamiento de tierra el 25 de enero de 2016 del barrio ‘20 de Noviembre’, parte alta de la ciudad de Esmeraldas, Sugey Valencia, relató que viven la misma realidad que los de 50 Casas, afectados por las inundaciones, padeciendo de muchas necesidades básicas.
Es madre y padre para sus dos hijos de 4 y un año. Siempre vivió con su mamá en la casa que el deslizamiento tapó el 25 de enero de 2016 y desde allí permanece en ese refugio. “Es triste vivir en un sitio que no es tuyo, te llenas de ansiedad, temor, de incertidumbre, porque en cualquier momento te pidan desocupar”, narró Sugey
Asegura estar aturdida y cansada, porque lleva casi tres años sin tener privacidad y limitando a sus dos hijos el derecho a tener un espacio libre para la recreación y que crezcan en un ambiente sano. Con mucha tristeza añadió que se vio en la obligación de albergase junto a otras nueve familias porque no tenía a donde más ir, sino que en el excolegio 20 de Noviembre.
Esfuerzo de su madre
A pesar de que han transcurrido casi tres años todavía no acepta que la casa donde creció feliz tuvo que dejarla por seguridad para su familia. Recordó que su mamá la construyó con el esfuerzo de su trabajo, haciendo préstamos al banco “desgracia que no es fácil de superar”, se lamenta.
Su progenitora sufrió al ver cómo su casa que hizo para descansar cuando se jubilara, en pocos minutos la naturaleza la destruyó, afirmando que aún paga a la banca letras por préstamos que hizo para construirla, por lo que renegó y renegó ante la situación que están viviendo.
Los adultos mayores, adolescentes, embarazadas y niños que suman 10 familias en ese refugio, están enfrentando algunos problemas de salud. “Solo quienes estamos viviendo esta amarga y dura realidad sabemos qué tan difícil es estar fuera de su hogar”, reitera Sugey, por lo que espera que en corto plazo puedan tener una vivienda digna.