‘Bien que ofrezcan disculpas, pero el dolor y el daño son irreparables’

ENTREVISTA. Ayer, mientras Héctor Estupiñán estaba en Quito recibiendo las disculpas públicas, su mamá en casa lo recordaba con una de las fotos que conserva en su celular.
ENTREVISTA. Ayer, mientras Héctor Estupiñán estaba en Quito recibiendo las disculpas públicas, su mamá en casa lo recordaba con una de las fotos que conserva en su celular.

En el régimen anterior se acusó a 10 personas de querer atentar con el Estado, dos de ellos son esmeraldeños.

Aquel 21 de diciembre de 2013, Héctor Estupiñán Prado, al salir de prisión donde estuvo detenido durante cerca de 10 meses, vestía un abrigo verde, camiseta amarilla, pantalón café, la bandera del Ecuador y algunas libras menos de su peso corporal habitual.

El encierro, 15 días de huelga de hambre, audiencias fallidas y la posibilidad de estar más de una década sin libertad al igual que otros nueve que fueron detenidos en Luluncoto, Quito, le pasó una dura factura emocional y física.

Norma Prado, su mamá, no estuvo encerrada, pero cinco años después de lo ocurrido no solo abre la puerta de su casa a Diario La Hora, sino su corazón, y relata en el dolor de madre al ver cómo su príncipe, como ella lo trata a Héctor, estuvo acusado de sabotaje y terrorismo. La detención se hizo a través de un allanamiento.

Después de la detención a su hijo, su casa también fue allanada por policías ¿qué ocurrió internamente?

Luego de varios años de lo ocurrido, uno empieza analizar con calma algunas cosas. Una de ellas, el día que una chica serrana llegó a casa a realizar una supuesta encuesta y a tomar fotos de la casa. Después, en la madrugada, un poco antes de irme al trabajo nos hicieron el allanamiento ¡qué coincidencia!

Los policías ingresaron violentamente, revisaron todo, uno de ellos andaba con una mochila en la que creo que cargaba algo para dejar cosas e inculpar a mi hijo.

¿Y lo hizo?

No. Pero si yo hubiese estado sola creo que sí lo habría hecho. Ese día estaba con mi hija, mi nuera y mi nieta (hija de Héctor) que tenía 5 años. Todo lo que nos pasó fue traumático.

¿El allanamiento fue lo más difícil del todo el proceso?

Lo que nos hicieron no se lo deseo ni al peor de mis enemigos, es traumatizante, pero mi mayor agonía era en cada audiencia donde se lo podía sentenciar injustamente. Llorando le pedía a la Virgen que liberara a mi hijo, a mi príncipe. Siempre supe que era inocente.

¿Se le explicó claramente de qué se acusaba a su hijo?

Al principio lo juzgaban por una cosa (sabotaje y terrorismo) al final por otra cosa (no sabe de qué) o sea, lo acusaban por si acaso iba a ser parte de una célula terrorista.

A Héctor y a sus nueve amigos se los acusaba inicialmente de sabotaje y terrorismo ¿tiene clara esa figura legal?

Sí, intentar acusarlo de terrorismo fue lo peor, le marcó su vida, él no puede salir del país. Decirles terroristas encierra mucho, es fuerte. Durante los meses de su detención sufrí mucho y sigo sufriendo. Cada vez que recuerdo esos momentos me destroza y, para colmo, por coincidencia, tres meses antes de la detención de mi príncipe, mi mamá había muerto.

El Estado, a través de la Defensoría del Pueblo, decidió ofrecer (ayer) disculpas públicas ¿qué representa eso para usted?

Muchos en la sociedad pusieron en duda la reputación de mi hijo y sus amigos. Que el Estado reconozca que se equivocó trae paz, pero no se olvida el dolor y el daño quedan ahí, son hechos irreparables.

¿Se podrá encontrar algo positivo dentro de todo lo ocurrido?

Lo bueno es que logró un puesto en la sociedad, la gente lo conoce más y sabe que es buena persona, no lo digo porque es mi hijo, sino que mucha gente lo repite. En casa sí seguimos hablando del tema, pero lo tomamos en el buen sentido.

En broma, al enterarnos de las disculpas públicas, me decía que él no solo necesita las disculpas, sino dinero por todo el daño ocasionado.

¿Se demandará al Estado?

Sé que los del grupo de mi hijo (los 10 de Luluncoto) estaban esperando las disculpas para hacer la demanda. Actualmente mucha gente a quienes les hicieron cosas feas cuando estaba el expresidente Correa (Rafael) se que se unirán con el caso de mi hijo.

Lo que se hizo contra ellos era algo político, se buscaba sembrar el terror en las personas, para que no pudieran en algún momento refutar el accionar del exgobierno. Pero como persona, si algo no me gusta le refuto, no solo podemos ser oveja y poner el rabo entre las piernas para aguantar las cosas.