¿Y Esmeraldas qué?

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

El tiempo sigue su curso y todo queda en lo mismo. La cenicienta del Ecuador sigue perdiendo la zapatilla pero el encanto y la belleza natural queda reinando en Esmeraldas. Se mancilla su honor siempre y “no pasa nada”. Siempre queda el cuento del gallo pelón pero la fiesta sigue en medio del abandono y la pobreza, con tal de bailar, lo demás qué importa.

Los representantes gubernamentales por siempre se contentaron con dádivas y así han obtenido votos algunos para escalar posición, figurar, sentarse en el sillón aunque nuestra tierra no avance en el cambio y desarrollo, la pobreza persiste, el desempleo cunde, ¿cultivos ahora de qué?, ahora hay el cementerio de la palma africana; sin solución para remediar el mal de la palma como sucedió cuando se perdió la balsa, la tagua, el banano, los cocales y es poco lo que queda para subsistir.

Se emprenderá en el cultivo de plátano de parte de los entregados agricultores y esperamos la ayuda necesaria para el arado y el cultivo de la tierra que es pródiga en nuestra provincia. El turismo es a retazos, hay que rogar para que vengan y “no pasa nada”, sigue siendo la tierra cara en nuestro país y no avanzamos. Del fuerte sismo último quedan grandes secuelas pero todo es para Manabí, para Guayaquil, para Santa Elena ahora y es que allá hay muchos votos e intereses territoriales mientras acá existe divisionismo partidista porque “la teta es buena”.

Nos asfixiamos con la fetidez y no olores contaminantes de la Refinería, industria que nada nos ha dado a los esmeraldeños. La ubicación geográfica con hermoso perfil costanero como es Esmeraldas no fue tomada en cuenta en la ruta del tren millonario que emprenderá el gobierno. ¿Y el agua, de qué agua hablamos, acaso del agua mentirosa? Es que al parecer los grandes millones fueron pocos y pasaron a lo mejor por los bolsillos de quién?

Solo hay contaditos semáforos, hay dos para proteger al peatón de las calles 10 de Agosto y Sucre así como el ubicado en 9 de Octubre y Bolívar y por el resto a correr se ha dicho pues los choferes lo que hacen es pitar para correr porque de lo contrario sálvese quien pueda, lo que no vale en otras partes viene para Esmeraldas.

¿Y la carretera a pedazos o a migajas que nos han dado para llegar con gran satisfacción desde la ciudad de Esmeraldas a Quinindé? así nos han tratado. Se cierran oficinas y quedan despedidos nuestros coterráneos, pero vienen a pedir votos y corriendo salen muchos a gritar, recibir una gorra y camisetas, de allí no los vemos más.