Cinismo

Los actos de corrupción que se vienen cometiendo en el país, sin ninguna vergüenza, dejan al descubierto a funcionarios públicos, políticos, dirigentes gremiales, indígenas o quienes actúan de manera falsa y tramposa. Cuando en algún lugar del mundo se cometen delitos de esta naturaleza que violan las normas sociales, los responsables son sancionados con el rigor de la Ley.

La impudicia se define como: deshonestidad, inmoralidad, obscenidad, procacidad, indecencia, concupiscencia, desfachatez y descaro. Cuando un individuo desempeña un cargo directivo dentro de la administración pública o privada, y por su propia cuenta comete actos deshonestos que le impiden justificar el origen de sus bienes y fortuna, que siempre lo esconde para luego disfrutar de ella, es un ladrón.

Burlarse del país y la Ley se va haciendo frecuente, no salimos del asombro cómo la Justicia no ha podido poner tras las rejas a todos los peces gordos de la corrupción y la impudicia. Las instituciones del Estado requieren de un cambio de mentalidad y mucha sensatez para rescatar el honor, la moral y la dignidad del pueblo ecuatoriano. La libertad, entendida como la facultad que el ser humano tiene por naturaleza para hacer lo que desee, lo hace responsable de sus actos. La honestidad y el honor han sido seriamente quebrantados por actores y defensores de corruptos que se burlan de la Ley aprovechándose de su posición política o jerárquica, demostrando su destreza inmoral en el manejo de la cosa pública.

Atravesamos una emergencia mundial en salud y los escándalos de corrupción no se detienen, los impúdicos no conocen del honor ni la decencia, carecen de valores humanos, han perdido la dignidad, el pudor y la razón; se han convertido en expertos en cometer todo tipo de delitos contra la ética, la moral y las buenas costumbres, son una carga para la sociedad, su audacia les hace suponer cualquier torpeza para retrasar o burlar la Justicia y favorecer sus protervos intereses. El país necesita gente con una personalidad normal, que mantenga equilibrio en su conducta y sea útil a los demás, que ayude al país a salir de la crisis en la que se encuentra.