Crímenes y amnesia selectiva

El país se siente abrumado con las denuncias de corrupción de la última década. Casi sin excepción, en todo el sector público. Pero los pueblos no viven ni alimentan su futuro solo destapando actos deshonestos, sino cuando defienden sus conquistas y libertades, gravemente lesionadas en la década pasada.

Legisladores, políticos, periodistas, luchadores, activistas sociales y medios de comunicación hemos denunciado la instalación de sistemas perversos e inmorales para perseguir a los opositores.

Las pocas revelaciones que existen develan un esquema de persecución y terror que se iniciaba en lo que estos llamaron “alertas tempranas”. Un simple mensaje electrónico, una frase en conversación telefónica, simples pedidos de burócratas correístas, un mail personal e íntimo, cualquier comentario aun referencial daba inicio a estos suplicios.

Según documentos desclasificados, se elaboraba el perfil del “enemigo” con una investigación de su vida personal, su pago de impuestos, sus propiedades, sus relaciones con el IESS y el SRI y con todo el sistema judicial. Se elaboraron el árbol familiar, que era confrontado con registros burocráticos. Estos procesos infames iban al Sercop, para evitar cualquier relación contractual con el sector público.

De estos delitos, canalladas y miserias no existe hasta hoy, pese a las denuncias y documentos, ni un solo acto de formulación de cargos o, peor , juicio alguno. Esta es la esencia de la dictadura, cuyas estructuras no han sido desarmadas totalmente y esos sicarios gozan no solo de impunidad sino de tolerancia del sector oficial.


Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga”. Francisco de Quevedo Escritor español (1580-1645)

Nunca releo mis libros, porque me da miedo”. Gabriel García Márquez Escritor colombiano (1927-2014)