Tres cuerpos no han sido recuperados y fueron declarados como desaparecidos.
De enero a noviembre de este año, 14 personas se han ahogado en diferentes circunstancias en los ríos Blanco, Canandé y Quinindé; de ellas tres cuerpos no pudieron ser rescatados y fueron declarados desaparecidos por los organismos de socorro.
De acuerdo con el informe del Cuerpo de Bomberos de Quinindé, en el río Blanco se ahogaron cuatro personas; cuatro en el río Quinindé y seis en el Canandé, en las proximidades de la desembocadura del río Esmeraldas.
“En todos los casos hemos intervenido con nuestro personal especializado en rescate acuático, 11 ahogados fueron rescatados de los afluentes, lamentablemente tres niños de la nacionalidad Chachi que se ahogaron en abril de 2018, nunca pudieron ser encontrados”, dijo el jefe de los bomberos de Quinindé, Modesto Palomino.
Tomar precauciones
Agregó que en la mayoría de los casos, las tragedias han ocurrido porque los bañistas y quienes realizan navegación fluvial no toman las precauciones debidas, como bañarse acompañado y en áreas del río conocidas.
En otros casos por utilizar frágiles embarcaciones con carga exagerada en aguas peligrosas, tampoco utilizan chalecos salvavidas ni otros elementos de seguridad durante el viaje.
“Los ríos que atraviesan nuestra geografía cantonal, son profundos aún en tiempo de verano, estos afluentes en su mayoría son navegables y peligrosos, por eso, hago un llamado a la comunidad para que tome la seguridad al bañarse o navegar”, sugirió Modesto Palomino.
‘No navegaré de madrugada’
Wilfrido Quiñónez, quien era el motorista de la canoa que el 5 de abril de 2018, zozobró en las aguas del río Canandé, sector ‘El Progreso’, donde se ahogaron seis personas de la nacionalidad Chachi, que viajaban de las comunidades Agua Clara y Ñampi a Quinindé, dijo que esa mala experiencia lo marcó para siempre.
“Uno nunca sabe lo que pueda pasar en los ríos, porque son ‘bravos’, sobre todo en el invierno; aquel trágico día, la canoa tropezó con un tronco de madera, pues, el río estaba crecido, todos los 13 ocupantes caímos al agua, lamentablemente se ahogó una mujer y cinco niños; nunca más navegaré de madrugada”, afirmó Quiñónez.
El último ahogado
La última víctima por ahogamiento fue el turista ibarreño, Israel Cruz Villarroel, quien sufrió un calambre en las piernas mientras nadaba junto a dos amigas extranjeras en el río Blanco sector ‘Sopalín’ de La Independencia.
“El turista se lanzó al río sin conocer que en esa zona el agua es muy fría, tiene turbulencia y hay remolinos; el río Blanco es muy peligroso aún en verano”, afirmó Ramón Guadamud, socorrista de la parroquia, La Unión, cantón Quinindé.