¿Se debe explotar el petróleo en el Yasuní?

La explotación de Ishpingo, el tercer campo del bloque 43 o ITT, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, es la carta que tiene el Gobierno para cumplir con las metas de producción petrolera para 2019.

Según Carlos Pérez, ministro de Energí a y Recursos Naturales no Renovables, ante los cuestionamientos de grupos ambientalistas e indígenas, solo se perforarán dos plataformas, A y B, que están fuera de la zona de amortiguamiento del parque, con lo que se espera obtener 50.000 barriles diarios. Las otras cinco plataformas, dentro de la zona de amortiguamiento, se descartan en este Gobierno.

Sin embargo, colectivos como Yasunidos buscan que la explotación de este campo no se lleve a cabo porque afectaría directamente a pueblos no contactados que pasan por la zona y a la naturaleza. Además exigen que el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el mismo gobierno, viabilicen la consulta popular que en 2014, durante el mandato de Rafael Correa, no pudo realizarse por una serie de trabas que han sido declaradas como ilegales. El objetivo de la consulta es, precisamente, evitar la explotación petrolera en Ishpingo, que constituye el corazón del Yasuní.

El ministerio de Ambiente, cuya cabeza fue reemplazada en el último mes de diciembre, es el que debe otorgar la licencia ambiental para la explotación en Ishpingo. Si el Gobierno no consigue esos permisos, y no se explota el campo, no podría cumplir con la meta de 560.000 barriles diarios en 2019. (JS)

Ishpingo: clave para incrementar la producción

Sin el aporte productivo del ITT, la producción de petróleo en los campos maduros está declinando, hasta un nivel actual de 453.000 barriles diarios. Es muy difícil que a expensas de la perforación de pozos y la reparación se pueda lograr un crecimiento sostenido, ya que de cada 100 barriles extraídos, 80 son de agua y el promedio diario por pozo es de 198 barriles de petróleo. Este preocupante escenario demanda que en el campo ITT se incorpore la porción que se espera producir en Ishpingo, cuyo aporte para el 2019 se ha calculado en 50.000 barriles diarios. Este objetivo es posible, siempre y cuando, se haga efectivo un verdadero control de control de agua.

Ing. Fernando Reyes Cisneros, Vicepresidente Colegio de Ingenieros Geólogos, de Minas, Petróleos y Ambiental.

Áreas sensibles
La explotación del petróleo en el ITT, como objetivo nacional, de ser objeto de un eficiente manejo ambiental, específico para áreas sensibles como el Yasuní. Esto se puede lograr poniendo en práctica más de tres décadas de gestión ambiental petrolera, que en su mejoramiento continuo tiene su principal fortaleza.

Merece que en las descargas de aguas superficiales, se incluya un preventivo e imprescindible análisis de toxicidad, aplicable también a los indeseables efectos que pueden traer los inesperados pero probables derrames de petróleo y agua de formación. La dinamia etológica anual de los Taromenane y los Tagaeri, amerita que holísticamente se estudie con sabiduría y profundidad, para que tanto el Gobierno, las petroleras y los ciudadanos, lleguemos a conocer en qué meses de su periplo selvícola anual, los No contactados se desplazan hacia las zonas de pantano típicas del Yasuní. Así, se lograría prevenir su contacto directo con las operaciones petroleras, que en la etapa de construcción y de perforación son las que mayor impacto biofísico estarían ocasionando en la disponibilidad de materiales necesarios para sus actividades de cacería, pesca, recolección de frutos, vestimenta y vivienda.

Pedro Bermeo Guarderas, vocero de YASunidos

La defensa del Yasuní continúa

El 2018 pasará a la historia en la defensa del Yasuní. Por un lado, el Ministro de Hidrocarburos finalmente reconoció que no puede abrir plataformas petroleras en la Franja de Amortiguamiento de la Zona Intangible (ZITT), esto incluye gran parte del campo Ishpingo en el bloque 43, así como en los bloques 31, 14, 16, 17, 79, 83, 84 y 87. La toma del Ministerio de Hidrocarburos por parte de las Mujeres Amazónicas y YASunidos, la filtración del borrador de Decreto Presidencial que permitía arbitrariamente la explotación petrolera en la ZITT y el pronunciamiento de la Relatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, en el cual exhortó al Estado a no violentar este territorio, fueron claves para detener su explotación.

Otro importante avance ha sido el reconocimiento por parte del Consejo Nacional Electoral de que el proceso de verificación de firmas para la consulta popular de YASunidos se dio con enormes irregularidades, violentado los derechos de participación de los más de 756.000 firmantes. La auditoría del CNE resolvió que el colectivo cuenta con las firmas necesarias para convocar a una Consulta Popular para no explotar el Yasuní. Este reconocimiento abre el camino para que al fin se lleve a cabo la consulta robada por el Gobierno de Rafael Correa.

Numerosas denuncias
Mientras tanto, Petroamazonas intenta abrir, a toda velocidad, cuatro plataformas petroleras en el corazón del Yasuní: Tambococha B y C e Ishpingo A y B. La plataforma Ishpingo B, aunque se encuentra fuera de la ZITT, está a escasos kilómetros de casas comprobadas de Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV). Hasta el momento, dos ministros de Ambiente se han negado a firmar la licencia ambiental. Sin embargo, el lobby petrolero ha conseguido que se nombre como Ministro de Ambiente al ex funcionario de la petrolera española, Repsol, que fue responsable socio-ambiental del bloque 16. Este bloque, -que también se encuentra dentro del Yasuní-, ha tenido numerosas denuncias por derrames de crudo.

Continuar la explotación del Yasuní no solamente destruye el lugar más biodiverso del planeta y pone en riesgo la vida de los PIAV, sino que también compromete una vez más la democracia. Estamos a tiempo de evitarlo.