El proyecto de almacenamiento de gas licuado de petróleo (GLP), ubicado en la provincia de Santa Elena, fue diseñado en 2008 por la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) con un presupuesto inicial de 210 millones de dólares, pero terminó costando 377 millones de dólares, lo que significó un sobrecosto de 76,45%.
El informe técnico internacional, elaborado por el consorcio español ICC-Tecnatom, con el aval del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), concluyó que a pesar de la mayor inversión final, el Terminal de Monteverde ni se planificó, ni se diseñó ni se construyó en su totalidad de acuerdo a los estándares internacionales aplicables. Además, después de su puesta en marcha, se realizaron una serie de estudios complementarios que, a día de hoy, no han sido ejecutados, por lo que el estado actual del Terminal sigue presentando deficiencias importantes que deben ser solventadas.
El Dato
Solo para proteger de la corrosión a estructuras importantes del muelle, Petroecuador deberá gastar 9 millones de dólares adicionales.
En primer lugar, el muelle tiene 483 metros de longitud en exceso, así como otros 10 metros de calado de más. Es decir, fue diseñado y construido sin tomar en cuenta el tamaño real de los buques que llevan al terminal y del volumen máximo transportado por cada uno. Según la empresa evaluadora, el sobredimensionamiento es de tal magnitud, que la infraestructura tiene proporciones parecidas a las del muelle de Róterdam, el cual recibe buques con capacidades de hasta 57.000 metros cúbicos.
Pablo Flores, gerente de Petroecuador, comentó que esta desproporción no tuvo ningún efecto práctico, sino solo “presentar obras de relumbrón para publicidad de las autoridades del momento”.
Más problemas
Otro problema importante es que el puente de acceso y la plataforma del mencionado muelle no contemplan ningún sistema de protección catódica, que es el método para disminuir o eliminar la corrosión de un metal. Además, su construcción tampoco cumplió con normativas y su longitud no se justifica.
Para remediar el deterioro de esas estructuras, Petroecuador necesita incurrir en una inversión adicional de 9 millones de dólares, con el fin de adquirir y colocar la protección catódica faltante, y así evitar que a mediano plazo colapse parte del muelle.
377
MILLONES fue el costo total. El costo inicial era de 210 millones. La principal razón radica en el incremento del valor de construcción que a su vez impactó en los costos de fiscalización y en los de financiación. No se estimaron adecuadamente los impuestos, costo de financiación y gastos de personal.
Así también, por un monto total de 5,1 millones de dólares, la empresa evaluadora recomienda 11 acciones más para que el terminal funcione adecuadamente.
Entre esas acciones se incluyen la puesta en marcha del sistema de ‘cool down’ para evitar las pérdidas anuales de producto valoradas en 400.000 dólares, además de para la reducción de emisiones ambientales; sustitución de los brazos de carga del muelle; implantación de sistema de control de presión en la estación de bombeo; implantación de sistemas de odorización, agua potable y control de cloro; puesta en marcha del sistema de almacenamiento, purificación y transferencia de diésel.
Finalmente, la terminal está subutilizada porque se concibió con el propósito de cubrir un déficit previsto del 82% de la demanda nacional de gas, porque las refinerías del país en ese momento solo producían el 18%. Así mismo debía permitir contar con una reserva de GLP para 25 días en caso de desabastecimiento y reemplazar el sistema de almacenamiento flotante existente. Nada de eso se cumplió porque las reservas de GLP que se proyectaban en el campo Amistad no fueron reales, y la refinería del Pacífico nunca se construyó. (JS)