Vuelven las ‘cantinas’ al puente de la Av. Pichincha

Malestar. Un solo local abre las puertas en las mañanas para esperar a los clientes, el resto permanecen cerrados hasta la tarde y noche.
Malestar. Un solo local abre las puertas en las mañanas para esperar a los clientes, el resto permanecen cerrados hasta la tarde y noche.

La venta de licor en el interior de cantinas y de forma camuflada en tiendas de ropa deportiva, parece ser el único negocio que funciona debajo del puente a desnivel de la Av. Pichincha. El paseo turístico para la zona no terminó por consolidarse y ahora hasta las jardineras están desapareciendo.
Gerardo Moreno, morador del sector, comenta que este sitio siempre fue una cantina y considera que morirá así, pues es lo que se vende y lo que la gente busca. “No hay otro negocio que funcione”, indicó, recordando que jamás hubo gente que se arriesgue a invertir en este sitio.

El intento de convertir este lugar en un rincón turístico caló solo en la mente de Lupe Ojeda, propietaria de la única cafetería con la que se inauguró el corredor y la que opera en el sitio y que no tiene clientes. “La gente no baja porque tienen miedo”, señala.

La inversión

La mujer puso todo su capital en este negocio. Ella invirtió 30 mil dólares confiando en que los turistas nacionales y extranjeros lo iban a ver como un sitio atractivo y seguro para tomarse un café, un chocolate y picar algo.

Continúa siendo la única empresaria que llega en la mañana, abre su local ubicado en la parte derecha del puente, bajando en sentido norte-sur. Ella espera a los clientes, pero no llegan, y lo único que ve pasar es a indigentes, comerciantes buscando baño y gente que termina orinándose en la pared.

Según Ojeda, en los pocos negocios de venta de uniformes deportivos lo que más venden es licor en botellas de agua. “Los consumidores lo saben y acuden tratando de no darse a notar, ocultándose”.

El Dato
En marzo de 2018 se inauguró este sitio, donde solo había tres locales operando, hay uno que se mantiene, el de La Asociación de Víctimas de Desaparecidos, Muertes Violentas y Femicidios.En el sitio, por el momento, hay trabajadores del Metro, y es que en esta calle se está construyendo un desagüe, un sistema de ventilación y una salida de emergencia para la parada de La Alameda.

Algunos de los locales funcionan como bodegas de los comerciantes del Mercado Central, que son vecinos colindantes, y otros les han adecuado para recibir a los clientes de las trabajadoras sexuales.

Este tramo, entre las calles Vergel y Manabí fue regenerado en la actual administración municipal. En una visita, el alcalde Mauricio Rodas adujo que es parte del embellecimiento del Centro Histórico.

Se limpiaron los grafitis y se intervinieron las fachadas de las casas patrimoniales, además se construyeron rampas inclusivas, se renovó el mobiliario urbano y se colocó iluminación. Instalaron alarmas comunitarias y cámaras de vigilancia que ahora nadie sabe dónde están.

La única comerciante de este sitio espera que las autoridades visiten nuevamente y confirmen en lo que se ha convertido. “No se ha dinamizado la economía y el comercio. Me como las uñas, los clientes no llegan”, concluyó. (PSD)