Por ahora no se ha declarado emergencia humanitaria por la movilización masiva de colombianos.
Psicólogos del Ministerio de Inclusión Económica Social (MIES) están en el proceso de resiliencia con los 188 colombianos desplazados por la violencia, refugiados en San Lorenzo, zona norte de la provincia de Esmeraldas. También se dan charlas de motivación.
Las terapias buscan reducir el impacto emocional negativo generado por el enfrentamiento a balas entre los Grupos Armados Residuales (GAO) ‘Óliver Simisterra’ y ‘Los Contadores’, lo cual, según reportes oficiales, todavía no cesan.
El primer día de acogida (2 de marzo) de los movilizados fueron registrados 216, pero en la actualidad solo están 188. “Las 28 personas restantes regresaron voluntariamente a sus casas en la vereda de Santo Domingo en Colombia”, aseguró el coordinador zonal 1 del MIES, Daniel Suárez.
No hay plan retorno
Al interior del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal de San Lorenzo, no se está analizando crear un plan retorno, debido a que el Ecuador es signatario de la Carta Universal de Derechos Humanos, que no permite ‘expulsar’ a quienes buscan refugio.
Lo que sí se está estudiando e incluso ya se hizo, es la intervención de la Cancillería en lo relacionado con el visado humanitario. También se busca, en caso de que lo deseen los colombianos, integrarlos a la dinámica laboral de Palmarreal, porque de los 188 solo 12 están en la casa parroquial, los demás duermen donde familias acogientes.
“Realizar aquello sí es posible”, según el Coordinador del MIES, debido a que 64 familias movilizadas en conflictos anteriores se acogieron a ese beneficio y son parte de la población laboral activa e el cantón San Lorenzo, que es parte de la frontera norte.
En alerta y control
El ingreso de los funcionarios del MIES, de ONG’s, Cruz Roja y otras organizaciones a la parroquia de Palmarreal, cantón San Lorenzo, es vigilado por las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
La idea es evitar garantizar su seguridad, por cuanto los enfrentamientos entre grupos irregulares siguen en suelo colombiano ubicado a minutos de Ecuador por la vía fluvial desde Palmarreal.