Lluvias de ofertas

ATILIO RUGEL ALBÁN

“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”, Albert Einstein. Con motivo de las elecciones de marzo/2019, conocemos que en el país uno de los más pequeños, debido a su extensión territorial en América del Sur y también en población, para ejercer el derecho al voto hay aproximadamente 80 mil candidatos que participarán para las diferentes dignidades que todos conocemos y que hay un gran despliegue de propaganda que el CNE de acuerdo con la Ley permite.

Debo confesar a título personal y por los años que he vivido, que en algún momento estoy soñando despierto y que me he transportado al espacio estelar y que de él contemplaré en el mañana ‘ciudades maravillas’ donde nada falta. Con mucho detenimiento me ha tocado leer, escuchar y ver en periódicos, radios y TV a muchos candidatos donde algunos son dueños de una inteligencia verbal que los convierte en eruditos, tratar de convencer a sus simpatizantes para que los elijan y me lleno de felicidad cuando con esa ‘lluvia de ofrecimientos’ que fluye de sus labios, me hago la idea de que si solo cumplieran con el 50% de lo que dicen, los esmeraldeños seríamos felices el resto de nuestras vidas.

Nuestros conciudadanos como se dice en el argot popular: “Tenemos la suerte del perro amarillo” y hemos sido víctimas también de la corrupción de muchas autoridades, que ayer se sentaron en puestos directivos por varias ocasiones y años y Esmeraldas sigue sumida en el abandono y hoy recién queremos tomar otros aires que nos permitan ver el ansiado desarrollo. No olvidemos que fuimos exportadores de banano donde rodó mucho dinero y los impuestos y los recursos que se reciben del Estado por regalías petroleras y otros ingresos que provienen del Erario, no sabemos a dónde han ido a parar, porque seguimos siendo la misma cenicienta, olvidada y sacrificada por quienes no supieron servirle.

Como esmeraldeño que amo a mi tierra, con mucho civismo debo decir que muchos empresarios se fueron de nuestra tierra y otros no quieren invertir. Debemos recuperar las fuerzas y levantarnos la moral de una de las provincias más privilegiadas por su naturaleza y no nos olvidemos que el asunto de la ‘silla vacía’ es un ‘cuento del gallón pelón’. “El que quiere ser águila debe mirar alto y volar lejos y el que se resiste arrastrarse como gusano, pierde el derecho a protestar cuando lo aplastan”, José Ingenieros.