Otra esperanza de cambio

Victoria para unos, derrota para otros e incertidumbre para una gran parte de la sociedad, es el saldo de las elecciones de ayer. Hubo sorpresas y también confirmaciones en cuanto a los elegidos. Es un lugar común afirmar que triunfó la democracia, pero no queda más remedio que echar mano a la frase. Sin embargo, ninguna elección es un seguro a todo riesgo contra las malas políticas.

Una de las quejas recurrentes que los ciudadanos expresan ante los políticos es que cambian al ser elegidos, pues se convierten en alguien diferente. Ahora volvemos a avivar en muchos de nosotros la esperanza de que se produzca un cambio para bien en nuestras zonas urbanas y en las rurales, en las pequeñas y medianas comunidades, así como en las provincias y sus principales ciudades.

Tuvimos un proceso electoral con 80 mil candidatos. En él abundaron golpes bajos y campañas sucias, notablemente en las redes sociales. En casi todo el país se vivió un espectáculo deplorable, en particular en el cierre de las campañas. Faltaron principios, valores e ideales, es decir, una ética política. No solo entre los candidatos, sino también en las filas de sus seguidores.

Comprensión y compromiso son bases de la democracia, pero inútiles si carecen del ejercicio realista y honrado del poder. Este es el fundamento de lo que tienen por delante los prefectos, alcaldes y concejales elegidos y el nuevo Consejo de Participación Ciudadana. Cualesquiera sean sus errores y aciertos, siempre sobre ellos estará el examen crítico de una sociedad cansada de corrupción, mentiras y autoritarismo.

«El pasado es como una lámpara colocada a la entrada del porvenir”.

Félicité Robert de Lamennais
Filósofo, teólogo y político
francés (1782-1854)

«Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más”.

Charles Chaplin
Actor, humorista, compositor y director inglés (1889- 1977)