Sus pulgares formaban una tortuga, sus dos puños sobre su cabeza una mantarraya y la palma abierta arriba de su frente, un tiburón; señales, utilizadas por los buzos para alertar la presencia de las especies marinas en el fondo del mar.
Esa demostración, empleada durante una charla por la bióloga marina, Daniela Hill, integrante de la Fundación ‘Amiguitos del Océano’, a menores desde los cuatro años de edad en adelante, forma parte del programa que empezó hace un año por el cuidado del océano y la fauna marina.
Con sede en Guayaquil, pero con bases más fuertes en Santa Elena, la fundación cuenta con el sponsor del Banco del Pacífico, cuyos hijos de trabajadores de todas las zonas costeras, son beneficiados con los programas de conservación.
Tres frentes
Galápagos, Manabí, Guayas, El Oro y en esta ocasión Esmeraldas, participaron en el programa que se conforma por dos frentes: el primero, una explicación de la vida marina y a la vez el daño ambiental que provocan los plásticos en todas sus variedades al ecosistema; mientras que en la segunda; llega la acción.
Animales marinos de felpa, redes encontradas en el mar y plásticos muy diminutos, confundidos por comida en muchos casos, son llevados en cada presentación, provocando en los niños una acción de recuperación.
Por ello, al final del mensaje se dirigieron a la playa Las Palmas, con fundas y guantes, recorrieron la orilla del mar y buscaron sobre la arena durante 20 minutos, recolectando no menos de 15 libras de basura, pese a que en la mañana la limpieza se habría dado en el balneario.
“Entre las cosas que encontramos pudimos recoger tapas de tarrinas, botellas, tetrapack, vasos, cubiertos, sorbetes, tarrinas, son plásticos de un solo uso, cosas que utilizamos como máximo 10 minutos y hasta menos, pero que duran más de 100 años”, explicó Daniela Hill, ante el daño que los seres humanos han hecho al océano.
5.056 niños
Desde julio de 2018 hasta enero de 2019, 5.056 niños, 37% de ellos hijos de pescadores, han sido parte de las charlas que se han formulado en las zonas costeras, donde revela Daniela, el 65% de quienes viven cerca al mar, no saben nadar, por lo que explicaría su falta de conexión ante este recurso.
La fundación ‘Amiguitos del Océano’, espera no solo integrar a los niños de las zonas costeras, sino expandirse a las regiones Sierra y Oriente, donde también los ríos cada vez son más contaminados, además crear charlas más interactivas con equipos 3D, pero eso solo será conseguido si empresas tienden una mano a su proyecto.
A ellos, y el trabajo que llevan a cada costa, puede ser seguido en su cuenta de Instagram como @amiguitosoceano y ser parte del cambio que ellos también esperan conseguir.