‘Sí hay vecinos empoderados con la seguridad’

ASAMBLEAS. Inseguridad, recuperación de espacios y control de vectores son parte de los acuerdos que se realizan en el sector sur de la ciudad de Esmeraldas
ASAMBLEAS. Inseguridad, recuperación de espacios y control de vectores son parte de los acuerdos que se realizan en el sector sur de la ciudad de Esmeraldas

En el sur de la ciudad de Esmeraldas, la inseguridad, la falta de espacios recreativos y la propagación de mosquitos, eran parte del diario vivir de cada uno de los habitantes. Cansados de ello, decidieron unirse a las acciones de la Policía Comunitaria, pero sobre todo, aportar ellos mismos al cuidado de cada uno de sus sectores.

De enero a mayo de 2019 se han llevado a cabo 10 asambleas comunitarias en el sur, cada una con cerca de 70 a 100 ciudadanos, junto a representantes de la Policía Nacional, organizaciones sociales, Ministerio de Salud Pública y de la Corporación Nacional de Electricidad, quienes escuchan atentamente las necesidades de los propios moradores.

Tosca Rivas, dirigente de Propicia 2, inició congregando a cada uno de sus vecinos, tratando de concienciar que la unión hace la fuerza y que la dirección que debían tomar no solo dependía de las autoridades sino de ellos mismos.

Los 16 dirigentes de la Unión de los Presidentes del Sur (Uprebase) junto con los policías comunitarios proponen a los vecinos mingas barriales, mayores controles policiales, chats comunitarios, activación del botón de seguridad y brigadas médicas, complementadas con fumigación de las áreas.

Cuatro etapas

En el sector ‘Unidos somos más’, en Codesa, a finales de abril, recuperaron su área de esparcimiento. “Con menos maleza, menos mosquitos”, revela su presidente Carlos Delgado, quien buscó la ayuda de sus vecinos.

Son cuatro etapas, divididas en una reunión operativa, otra dentro del sector, la acción propia del programa y por último la evaluación, en la que los gendarmes comunitarios explican a los comuneros, sobre el proceso que demanda una atención en cada sector, a través de las asambleas.

Si bien la Policía Comunitaria ofrece un portafolio de servicios, en donde se trabaja por la recuperación de espacios, asambleas comunitarias, botones de pánico o de seguridad, así como de locales seguros, dentro de las áreas más problemáticas, la finalidad se centra en el apoyo de la ciudadanía, que en el sur se analiza una mayor predisposición.

No utilizan

En cambio, dentro del sector céntrico de la ciudad de Esmeraldas, las diferencias sobresalen, no todos los barrios están organizados, los locales no cuentan con cámaras de seguridad, los ciudadanos no asisten a las intervenciones y lo más grave aún, es el comportamiento de exigencia que atraviesan los policías, de los propios comuneros ante el azote de la delincuencia en sus barrios.

“Todos los locales del centro cuentan con el botón de seguridad, pero en nuestra base al día es mucho decir si recibimos una alerta por este medio”, indica la cabo segundo Jahaira Nazareno, del sector centro. Aquello no se explica, porque el servicio es totalmente gratuito y no como antes que se necesitaba al menos cuatro centavos para que el sistema funcione.

Mientras que en el sub-circuito Colectiva 2, al sur, se han inscrito 2.114 botones de pánico, quienes también presentan el mismo problema, e intentan concienciar a la ciudadanía sobre su uso.

“En nuestro caso no tenemos falta de policías, pero debemos cubrir una zona muy amplia, los sistemas no se utilizan, pero siempre vemos que exigen más”, añade Nazareno, quien debe realizar entre 10 y 12 recorridos a locales diarios para nuevamente hablar sobre las medidas de seguridad.