Ministerio de salud o de la muerte

ATILIO RUGEL ALBÁN

Si en el Ecuador hubiera justicia no se actuaría con tanta saña y desprecio a la vida de las personas, que el Ser Supremo nos dio como obra de su infinita sabiduría. Todavía no entiendo cómo pueden haber autoridades, que como en el caso de la actual ministra de Salud, Verónica Espinoza, se oponga a que en Esmeraldas, ciudad por donde sale el 70% del petróleo que se exporta y cuyos habitantes sufrimos enfermedades alérgicas y con una contaminación que desborda los límites del aguante humano, a lo que se suman enfermedades dermatológicas, todo producto de la Refinería que malhadadamente se la construyó en un área poblada de la ciudad, cuando habían tierras suficientes a 20 o 30 Km de distancia.

De manera necia e irresponsable los entendidos en materia de contaminación sabían de los daños que se producirían a la salud de las personas y al ecosistema, porque los gases tóxicos con el viento que sopla en dirección norte y este en su mayor parte, iban a terminar con la desaparición de extensas zonas de sembríos que son la fuente de ingreso del campesino y el hábitat de muchas especies de animales. No se diga la realidad negativa que en el proceso de refinación del oro negro provoca esta obra, que en lugar de traer beneficios ha traído perjuicios como el caso del río Teaone que agoniza porque está contaminado y lleno de sedimentación, que no han querido remediar por la forma mezquina con que tratan a Esmeraldas y contentan con dádivas a los perjudicados como si se tratara de animales.

Cuántos reclamos suman al punto que he perdido la cuenta de los planteamientos que la Asociación de Profesores Jubilados y otras organizaciones han hecho al MSP, al Gobierno Central para que se rehabilite el antiguo hospital Delfina Torres, que ubicado en el centro norte de la ciudad sirvió y serviría a los habitantes que día a día aumentan en número. No obstante, con el mayor descaro la ministra Espinoza dice que no es necesaria la reconstrucción porque Esmeraldas está atendida en el aspecto de salubridad. Parece que ella viviera en otro planeta y que no pisa la tierra sino que camina en el aire.

A esta anómala situación se suma la falta de medicamentos para las enfermedades catastróficas y el Ecuador conoce que la atención al enfermo empeora porque se dan casos que se piden turnos y se los entrega para después de 5 o 6 meses.