Hablando de banca

A raíz de la crisis del sistema financiero, mejor sea dicho de determinados entes que hoy ya no son parte del sistema, se originó un estigma hacia la banca, para muchos se constituye una mala palabra cuando se dice que alguien es banquero.

No vamos a comentar sobre la génesis de esta actividad, es mejor hacer un enfoque directo de su valiosa contribución al desarrollo de las actividades comerciales y de crecimiento personal, no escapará a vuestro conocimiento, que esto último hace referencia a las operaciones que corresponden a la banca de personas.

Los bancos tienen un propósito determinado que es la intermediación financiera, esto es la captación de recursos sea mediante ahorros o inversiones y depósitos en cuenta corriente, los dos primeros generan a favor del depositante un determinado rendimiento financiero, lo que denominamos tasa pasiva, estos recursos a su vez se constituyen en prestaciones de crédito que se hacen a terceros, lo que genera la denominada tasa activa, en consecuencia, los bancos pagan y cobran intereses.

Los nuevos productos creados por el sistema se convierten en servicios bancarios, razón por la que cada día son más las personas insertas en esos beneficios, pues, la bancarización corre a pasos agigantados, bancarizar es inclusión social. Innumerables son los negocios que prosperan con la ayuda del sector financiero, miles de personas cristalizan sus anhelos con el beneficio de una operación de crédito para varios propósitos como gastos médicos, viajes, compra de vehículo, casa, etc.

Pese a lo expuesto con frecuencia en ciertos actores políticos solo por tener un espacio mediático muy sueltos de lengua hacen una hipérbole de una de las actividades que hoy más que nunca es imprescindible en el desarrollo sostenible de las actividades comerciales y personales, tanto critican al sistema financiero, pero son tarjetahabientes, reciben sueldos con crédito a su cuenta, utilizan los ATM entre otros servicios.

[email protected]