La deserción escolar está ligada al embarazo

PRIORIDAD. Entre la educación y la relación sentimental, adolescentes aconsejan a otros optar por la continuación de los estudios.
PRIORIDAD. Entre la educación y la relación sentimental, adolescentes aconsejan a otros optar por la continuación de los estudios.

¿Por qué vienes a estudiar? Aquella pregunta desencadena en los adolescentes, respuestas lógicas y comunes, entre ellas, la adquisición de conocimientos, la oportunidad de un mejor empleo o continuar una carrera universitaria, son entre otras, las prioridades que estudiantes mantienen durante las clases.

Sin embargo, existe una cierta población estudiantil que no logra continuar con sus estudios y uno de los principales factores exógenos (externos), detallados en el proyecto Gradúate XXI, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), expone al embarazo adolescente como una causa para la deserción escolar.

Aquel factor, analizado a profundidad por los jóvenes, es producto de mantener una relación a temprana edad, comúnmente en los centros educativos, donde la madurez aún no está completamente desarrollada.

Sin significado

Inclusive, muchos estudiantes pasan por alto su niñez y se enfrascan en relaciones tóxicas, cortas y que no encuentran un significado para comprender lo que les ocurre.

“Estamos muy jóvenes aún, no sabemos nada de lo que es el amor, como adolescentes que somos, debemos disfrutar de nuestras vidas y no relacionarnos aún, porque de ahí parten los problemas a futuro”, opina Miluska García, de 16 años, estudiante de segundo de Bachillerato, quien sueña un día con ser comandante de la Policía Nacional.

No es la única que piensa así, por ejemplo, Carlos Arias de 16 años, cree que las relaciones a esta edad, deben situarse en una amistad, sin llevar adelante demostraciones de afecto que sobrepasen los límites, de un beso o un abrazo, sin experimentar más allá, debido a la irresponsabilidad que se estaría cometiendo.

“Es común verlas”, afirma, Juan Ordóñez, de 17 años, dentro de las aulas o de los patios de las unidades educativas, pero cataloga a esas expresiones de afecto, como desatinadas, al situarse en lugar, que estaría destinado para la educación de ellos mismos.

No dejarse llevar

Si bien una relación sentimental es parte del entorno social, en la que también entran los adolescentes debido a su desarrollo, los padres de familia deben intervenir y hablar de ello con los hijos, aconseja Marlon Muñoz, de 16 años, al ser ellos quienes orientan de las consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

“Creo que las relaciones en estos momentos, son duras de encontrar, porque estamos más en un nivel de aprendizaje, y no hay mucho tiempo para estarse enamorando, pero también es bonito tener a alguien a lado quien te apoye a parte de tus padres”, considera Joadi Villacís, de 16 años.

Para ello, cinco de cada seis estudiantes, ven oportuno el hecho de que se comience a replantear el tema de la educación sexual en las aulas, censurado en muchas ocasiones por padres o directivos.

Asimismo, abordar otros temas, como el enamoramiento, la ilusión, las metas, la vida o la culminación de una relación, avalados por profesionales en la materia, en virtud de que las nuevas generaciones cuentan con pensamientos más libres, pero no maduros.

‘ASÍ QUIERO

A MI CIUDAD’

“Me gustaría ver a Esmeraldas más productiva, porque aquí hay mucho desempleo; también está difícil la situación y las leyes deberían acoger al migrante que llega a trabajar”.

Carlos Arias Rodríguez,

16 años estudiante de Bachillerato.


“Una ciudad abierta en educación sexual, charlas de valores y ayuda emocional, porque los estudiantes no cuentan con una madurez suficiente”.

Andrea Rivas,

17 años, estudiante de Bachillerato.


“Bien con una educación excelente, mayor seguridad y controles de drogas en los colegios”.

Juan Ordóñez,

17 años, estudiante de Bachillerato.


“Evolucionada, con todos los servicios básicos, porque creo que Esmeraldas está estancada en una idea retrógrada, no hemos avanzado y estamos muy debajo de lo que son otras ciudades”.

Miluska García,

16 años, estudiante de Bachillerato.


“Ayudando a los barrios y dando más oportunidad a personas que sí lo necesitan, para beneficiar al esmeraldeño. Trabajo, sobre todo”.

Marlon Muñóz,

16 años, estudiante de Bachillerato.


“Lleno de jóvenes con futuro, jóvenes guerreros y que cada uno pueda ser independiente y sacar adelante a sus padres que han dado todo por ellos”.

Joadi Villacís,

16 años, estudiante de Bachillerato.