Padres y docentes, dupla en la formación académica de los hijos

FORMACIÓN. Los docentes y padres de familia cumplen roles importantes dentro de la educación, aseguran estudiantes.
FORMACIÓN. Los docentes y padres de familia cumplen roles importantes dentro de la educación, aseguran estudiantes.

“Ellos nos guían, nos cuidan, aconsejan y acompañan cada uno de nuestros logros”, expresó Katherine Tipán, de 17 años, estudiante de Bachillerato en la unidad educativa Eloy Alfaro, sobre el rol que juegan los padres y maestros en su formación académica.

La escueta respuesta se deriva también de una investigación de Alicia Razeto, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien dentro de su estudio: ‘El involucramiento de las familias en la educación de los niños…’, deja claro que la familia no solo influye en el estatus económico, sino en el apoyo fuerte y efectivo que puede brindar en la educación de los estudiantes.

La docente no solo cita al famoso sociólogo, James Coleman, sino a los educadores Stevenson y Baker, quienes determinan que las madres con más educación son quienes más se involucran en la educación de sus hijos.

Además, que el involucramiento de los padres se asocia al desempeño escolar positivo, no obstante, si bien ellos son atentos cuando sus hijos aún son pequeños, esta conexión tiende a desaparecer cuando los hijos crecen.

Mayor atención

Para Ana Chila, de 17 años, esto no debería ser así, reconoce que a mayor edad, los adolescentes, etapa en la que se encuentra ella, comienzan a ser más maduros, independientes, pero no significa que no necesitan de los consejos, la supervisión o la guía de ellos.

“Son importantes, porque si no estuvieran ahí, nos descarrilaríamos del camino de los estudios”, admite, Eider Carabalí, de 18 años.

Continúa diciendo, que muchos de los padres tal vez no hayan culminado los estudios secundarios o superiores, más eso no debería ser una limitante para pasar algunos minutos con ellos, resolviendo juntos problemas o al menos incluyéndose entre las actividades del colegio.

Por su parte, Francisco Quispe, de 17 años, revela que dentro de su salón de clases, el bajo rendimiento de algunos de sus compañeros, está ligado a hogares disfuncionales, padres que salen a trabajar hasta altas horas de la noche o despreocupación en muchos casos.

Ante esta realidad, toma conciencia de la labor que emprenden cada uno de sus docentes, que diariamente pueden verse hasta seis horas al día, cinco veces a la semana, los cuales se convierten en la segunda familia.

Docentes guías

“Ellos son nuestros segundos padres, porque quieren lo mejor para nosotros, quieren que nos superemos y que tengamos una mejor vida”, hace conciencia Jickson Macías, de 17 años, tomando en consideración que no siempre son valorados o apreciados por el propio estudiantado.

Rememora así, las acciones que sus profesores han mantenido con él, explicándole los conceptos, retándolo cuando es necesario, involucrando a sus padres en sus pasos, algo que no hace a menudo, y se presta a agradecerles a través de sus palabras por este medio.

“Los docentes no solamente se concentran en sus materias”, apunta Mayerli Valencia de 17 años, puesto que sabe a ciencia cierta, que ellos aconsejan hasta el último minuto de sus clases, y envía un mensaje a sus compañeros, para que los traten con respeto, una acción y valor que está desapareciendo.

‘ASÍ QUIERO

A MI CIUDAD’

“Que sea una nueva Esmeraldas, que esté renovada, con parques lindos, reparaciones de sus calles, más elegante como otras ciudades del Ecuador.

Ana Chila,

17 años, Estudiante de secundaria.

“Me gustaría verla más linda, que los esmeraldeños no sufran, que las personas que no tienen como alimentarse, lo tengan, y que eso ya no pase, que todos tengan empleo”.

Eider Carabalí,

18 años, estudiante de secundaria.

“Que progrese lo máximo, que haya mucho trabajo y recursos, que cambiara la forma en la que tratan a los trabajadores, porque hay personas que quieren trabajar y no los apoyan”.

Katherine Tipán,

17 años, estudiante de secundaria.

“Me gustaría verla mucho mejor, con más acceso al trabajo, que las personas no deban emigrar y quedarse con los suyos”.

Francisco Quispe,

17 años, estudiante de secundaria.

“Me gustaría que Esmeraldas progresara para todos, que los jóvenes pongamos de nuestra parte, que ya no haya vandalismo ni peleas. La seguridad debe cambiar y haber más controles”.

Mayerli Valencia,

17 años, estudiante de secundaria.

“Que ya no haya crisis, que nos superemos y que no se comercialice más droga, que no la legalicen”.

Jickson Macías,

17 años, Estudiante de secundaria.