Periodistas por derechos populares

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

“La crisis política y moral que agobia a la nación, se debe principalmente a que se ha tomado un rumbo dirigido a favorecer a unos pocos y debe merecer especial atención del sector gubernamental, porque el pueblo puede reaccionar en cualquier momento, abrumado por el estado de pobreza e insatisfacción”, señala un manifiesto de la Federación Nacional de Periodistas, reunida en esta ciudad el pasado sábado, con su Comité Ejecutivo Ampliado.

Los comunicadores sociales del Ecuador, con más de 60 delegados de todo el país, se hicieron eco de los anuncios de privatización de refinerías de petróleo, centrales eléctricas y telecomunicaciones, preocupados de que aquí vaya a ocurrir lo mismo que en otras naciones del continente, donde las necesidades populares han crecido escandalosamente. Han rechazado los periodistas el irrespeto a la Ley de Ejercicio Profesional, la Ley de Comunicación y la no aplicación del Escalafón de los profesionales, con lo cual se causa perjuicio irreparable a los hogares de estos y otros ecuatorianos, muchos de los cuales se hallan en el desempleo.

Se solidarizaron los combatientes intelectuales con sus hermanos educadores eméritos, que desde hace cerca de una década esperan su bono de jubilación y hasta el momento el Estado no se los entrega. Expusieron la necesidad de que se promueva el desarrollo de la agricultura, la ganadería y la industrialización de diversos productos que hoy exportamos como materia prima, a fin de otorgar ocupación a la numerosa mano de obra subutilizada. Sugirieron que se prosiga ejecutando los planes de excelencia educativa y se incentive el deporte escolar y colegial, a fin de ejercer la salud preventiva con niños y jóvenes, a la vez que alejarlos del consumo de drogas, mal que ahoga a los racionales de los cinco continentes, tanto en los países industrializados como en los subdesarrollados.

Los periodistas han reafirmado su compromiso con la cultura nacional y han hecho hincapié en el proceso de enaltecer con sendos museos en el sitio de asentamiento en Pampa de Oro, como en esta ciudad, de la cultura Chibcha-Tolita, experta en la orfebrería de oro y en la licuefacción del platino, cuando no existía el alto horno, habida cuenta que este metal se funde a los 1.500 grados. Se comprometieron a proseguir su lucha tenaz en defensa de los derechos humanos, por la estabilidad del trabajo de los ecuatorianos, vivienda confortable, educación de excelencia, atención médica de alto nivel y recreación confortable.