La mendicidad sigue teniendo rostro infantil

Las esquinas de los semáforos se ha convertido en el lugar ideal para mendigar. Esmeraldeños y extranjeros son los protagonistas. Durante los pocos segundos que dura en cambio de color del semáforo, un niño o adulto cuenta parte de su historia en busca de dinero.

Hacerlo no es bien visto por la autoridades de lo social, pero la problemática supera la capacidad de respuesta. En los últimos meses padres extranjeros ‘utilizan’ a sus hijos para mendigar en las calles, en cambio los lugareños van al mercado de abastos.

“Cuando estamos con los niños a la gente la da más pena y nos ayuda”, es una de las excusas de los adultos al ser abordados por lo entes de control. Giannella Haz Guevara, directora del MIES, afirma que en los 60 días que tiene el cargo, ha realizado con su equipo y entidades aliadas, varios operativos para erradicar el trabajo infantil.

Penalidades y solución

Uno de los resultados es que logró insertar al sistema educativo a tres niños venezolanos de siete, nueve y 11 años. Los funcionarios saben que tener a los niños y niñas mendigando podría acarrear un delito mayor, como la trata de personas.

El Código Orgánico Integral Penal (COIP) es severo en el castigo, da pena de 13 a 16 años, pero cuando hay agravantes como utilizar a grupos vulnerables como niños, la pena asciende a 19; y si la víctima sufre daños se le impone 22, pero al morir la máxima es de 26 años de cárcel.

Por ahora en Esmeraldas no se ha sentenciado penalmente a padres por mandar a mendigar. Para evitar que aumente el número de menores de edad ecuatorianos y extranjeros en las calles, se reunieron ayer representantes del MIES, Dinapén, Municipio, Concejales, ministerios de Educación, Interior, Salud, ONG y otras organizaciones para trabajar en plan de Erradicar el Trabajo Infantil (ERTI).

Trabajo para padres

Una de las estrategias será buscarle trabajo a los padres, para de esa forma garantizar que sus hijos estudien y no mendiguen, otras de las alternativas sería inscribir a los infantes en escuelas de fútbol, ya que varios coinciden que incluso mendigan para tener un pelota.

La mayoría de ellos, por ejemplo un niño de 13 años, reveló a los del MIES que su padre está preso, su hermano mayor no trabaja y su madre no tiene dinero para los gastos de la casa por eso sale a mendigar, pero también están los que revelan que buscan dinero para el consumo de drogas, en el caso de los extranjeros, para ir de un lugar a otro o pagar comida y hotel.

VOZ

“Todos tenemos la obligación de informar al 9-1-1 si detectamos el trabajo infantil”. Giannella Haz Guevara, Directora del MIES de Esmeraldas.