En Súa un hombre se aferra a mostrar lo mejor del mar

Las piezas antiguas hechas de barro que duermen con Pervis Jirón Sánchez, podrían estar en un Museo, pero no, se hallan con él junto al mar de Súa, cantón Atacames, zona sur de Esmeraldas.

El malecón donde están algunas de las obras de artes talladas por el lugareño, fue arrasado por el mismo mar que lo adorna. Era 22 de diciembre de 2018, cuando un aguaje, el más fuerte de hace muchos años, mostró todo su poderío.

Esa madrugada el golpeteo de las olas destruyó 18 bohíos a donde llegaban los turistas; siete meses después, los turistas llegan por curiosidad, pero pocos se quedan, algunos se detienen para mirar lo que ofrece Pervis, uno de los pocos aferrados al lugar.

En su mesa rústica están decenas de collares, aretes, corales en su estado natural, Spondylus, hasta una espada hecha con el cuerno de una vaca; todo a la venta.

Propuesta para las autoridades

“La verdad es que no sé cuántas piezas tengo, pero sé que son bastantes”, lo dice Pervis con carisma, mientras relata una y otra vez con paciencia la misma historia de cómo logró tener cada pedazo de la vida marina que ahora les dio forma de suvenir.

Pero no todo lo que se exhibe se formó en las profundidades del mar. Algunas figuras humanas y de cocina hechas con barro están entre su colección, las cuales lucen descuidas y rotas.

“Me gustaría que el lugar se vea más bonito, pero no tengo dinero, ojalá me ayuden, eso también atrae al turismo”, solicitó el hombre de piel curtida por el sol que lo acaricia todos los días, mientras espera a los clientes en el malecón de Súa, donde ofrecimientos de reparación siguen en espera.