Evocando al ‘Maestro de maestros’ Enrique Suárez

Si hay alguien tan orgullosa de Modesto Enrique Suárez Pimentel, es Irma. Ella no solo compiló la historia de su padre en un libro impresor la Casa de la Cultura de Esmeraldas, sino que la del hombre que hizo del nombre de Esmeraldas un ícono de gratitud fuera de sus latitudes.

Uno de los lugares donde lo recuerdan con cariño a Modesto, es en Machala, provincia de El Oro. Allá los de la Casa de la Cultura le hicieron un reconocimiento al mérito cultural post mortem al hombre que en la décadas de los 40 y 70 dejó su impronta en el ámbito educativo.

Hasta allá llegó como un castigo político, debido a que defendió su ideología Marxista, pero eso que parecía algo malo para su vida profesional, se convirtió en la oportunidad para fomentar el civismo es una jurisdicción afectada por el conflicto armado entre Perú y Ecuador.

Para la nueva generación

En gratitud, se hizo una escuela con su nombre, lo mismo se aplicó en su natal Esmeraldas, donde desde 1995 su restos mortales están en el cementerio general. Pero su legado no solo estuvo en su ideología, títulos y vínculo con el basquetbol, sino en su infinito amor por la educación, al punto que lo llamaron ‘maestro de maestros’, por su bagaje de conocimiento y su predisposición de enseñanza.

Su hija Irma, cuenta que su padre fue presidente de la Unión Nacional de Educadores, sede Esmeraldas; de la Casa de la Cultura, además de ostentar 11 cargos en el ámbito educativo. También luchó para la ceración de la Universidad ‘Luis Vargas Torres’, pero destaca que esmeraldeños como Modesto Enrique Suárez Pimentel, son los que la nueva generación debe tomar como ejemplos a seguir.