Se la llevó el viento

GLORIA YÉPEZ PRIETO

Mucha expectativa creó la vista del presidente Lenín Moreno, el 5 de Agosto. Se pensaba que vendría con algún aporte financiero para esta provincia como suele hacerlo para otras. Se esperaba que el Primer Mandatario presidiera el desfile para el que los establecimientos educacionales se habían preparado. Hubo la parada militar que deleitó al público con sus gallardas delegaciones. El Presidente estuvo solo en la Sesión Solemne de la que se retiró sin que ésta hubiera concluido.

Durante su permanencia se escucharon voces reclamando la reapertura del hospital Delfina Torres de Concha en el centro de la ciudad, la construcción del nuevo hospital del IESS y el campus universitario; la atención a los jubilados. La Alcaldesa expuso las necesidades de Esmeraldas y puntualizó la contaminación que produce la refinería afectando la salud de los esmeraldeños, solicitando su urgente remediación. El Presidente, como aporte a la provincia, dispuso la firma de convenios como la instalación de las oficinas municipales en las dependencias de Flopec. ¡Qué ironía! algo que puede hacerse con una simple disposición ministerial, se lo dio como un ‘gran aporte’ a la ciudad.

Las voces de los presentes en la sesión se las llevó el viento, al igual que la visita fugaz del Presidente, cuyo delegado hizo una analogía con la concesión del puerto de Guayaquil, ante la valiente y firme actitud de la Prefecta, que se opone a la privatización de la refinería y del puerto. No se puede comparar al polo de desarrollo económico del país con una provincia carente de industrias que den trabajo a sus habitantes y que se la sigue relegando. Está en proceso la construcción de 408 viviendas llamadas ‘El Coral’ a ubicarse en Vuelta Larga por un valor 6 millones 145 mil dólares y la fiscalización por la suma de 283 mil 523 dólares.

No se ha considerado las pautas para que sean los profesionales esmeraldeños, que en su mayoría son personas naturales, para que realicen las obras de construcción y fiscalización. Serán entonces compañías de otros lares quienes traen sus propios trabajadores, inclusive, al personal que les da alimentación, las que construyan esas casas. Se deja al arquitecto, al ingeniero, constructor, albañil, carpintero, gasfitero, electricista, pintor, proveedores de alimentos, esmeraldeños sin esta oportunidad de trabajo. La expectativa de la visita presidencial también se la llevó el viento.