Obras que tardan son más caras

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

La vía del Bimot a la ‘Y’ de Vuelta Larga, ha entusiasmado a los moradores de esta capital provincial, porque es la primera avenida que en esta urbe ha sido diseñada con estilo contemporáneo y ha marcado el arranque de este poblado hacia las características de una gran ciudad; mas, el tiempo que hasta aquí han empleado los contratistas, supera lo previsto y quienes diariamente cruzan por el sector están temerosos de que esa obra se haya programado para las calendas griegas.

Puede ser que algunos exageren sobre el tiempo empleado hasta el momento, pero la mayoría piensa que la obra tiene bastante de parecido con el tejido de Penélope, relatado en ‘La Odisea’ de Homero, labor que se ejecutaba por el día y se deshacía por las noches, con el propósito de que Ulises llegase a su palacio de Ítaca antes de que la dueña de casa se viese obligada a contraer nupcias con uno de sus osados pretendientes.

Los esmeraldeños creían que el bello trabajo que se les ofreció y que tiene asomos de llegar a serlo cuando culmine, iba a ser entregado al pueblo antes del cambio del gobierno cantonal, pero cuando ya han transcurrido cuatro meses de aquello, las labores prosiguen, los trancones siguen impidiendo el tránsito vehicular normal, con la pérdida de numerosas horas de trabajo, lo cual monetariamente equivale a echar el dinero a la basura, capital que en este momento de la historia tanta falta hace a la economía provincial y nacional.

Añádase el justo afán de los pobladores de Vuelta Larga, Tabiazo y otros caseríos acariciados por el río Teaone que abastecen a la capital provincial de los vegetales frescos y otros productos para su diaria alimentación, reciben los fines de semana y días feriados al turismo esmeraldeño y nacional, que tienen derecho a gozar de una extensión del camino pavimentado, de algunos carriles, para seguridad y comodidad en el transporte carrozable de sus visitantes.

Alguien muy observador nos ha hecho notar que ninguna autoridad municipal o estatal, de antes o después del cambio del Ejecutivo cantonal, ha hecho jamás acto de presencia en la zona de labores, lo cual es como afirmar que la culminación del contrato no les interesa ni a los que pagan ni a los que cobran. De ser así como sostiene el investigador nos estaríamos enfrentando a un acto negligente censurable, que perjudica a toda la sociedad.