Carrera espacial, ¿a dónde?

LUIS COELLO KUON-YENG

En julio pasado se cumplieron 50 años de la llegada del hombre a la Luna. Fue el 20 de julio de 1969 que el módulo ‘Eagle’ se posó sobre la superficie lunar. Neil Armstrong sale del módulo, desciende por las escaleras y así pasó a ser el primer hombre en pisar la Luna.

De ahí viene su célebre frase: “es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Este hecho, según algunos expertos, eclipsó los logros que Rusia había logrado antes que los americanos. Los rusos fueron primeros en todo: pusieron al primer objeto artificial (Sputnik) en la órbita de la Tierra.

El primer animal en el espacio fue la perra Laika. El primer humano que llegó al espacio fue Yuri Gagarín. Valentina Treshkova la primera mujer en el espacio. Y podemos anotar que la nave rusa Luna 9 alunizó en 1966 siendo así el primer objeto que se posó sobre la superficie lunar.

Pero se sostiene que la llegada a la Luna de los americanos representa un hito más importante, ellos lo tildan de un triunfo sobre sus pares moscovitas en la plena Guerra Fría. ¿Quién tendrá la razón? eso es algo que se lo dejo a ellos. Sin embargo, de todos estos logros, algo más significativo en la carrera espacial no se ha logrado. Hay aspectos como quién ha permanecido más tiempo en el espacio y la mejoría en la comprensión de cómo la ingravidez y la exposición a la radiación afectan al cuerpo humano.

La salida de la sonda Voyager 1 del Sistema Solar o la llegada de la sonda soviética Mars 2 a Marte. Además de esto, se está empezando a programar vuelos espaciales de turismo, de hecho fue Dennis Tito quien pagó 20 millones de dólares por su sueño. Pero estos viajes están siendo ya programados para aquellos que cuentan con dinero y sin ningún afán científico, puedan hacerlo.

La búsqueda de planetas propicios para vivir. La búsqueda de otras formas de vida. La tan ansiada ida a Marte desencadenan la inversión de millones de dólares. Queremos llegar lejos pero sin todavía resolver los asfixiantes problemas que merman nuestro desarrollo; la depredación de la naturaleza, la contaminación, la pobreza que impide salir de la obsolescencia, los flujos de migrantes que huyen de sus países aquejados por líderes anárquicos, la violencia en nuestros países, la discriminación, el racismo, enfermedades. Antes de hallar a Kriptón o Titán sería mejor hallar soluciones inmediatas, para luego no tener que dejar a nuestros descendientes decir: ¡Houston, tenemos problemas!

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