El sacrificio tiene rostro de mujer

TRABAJO. María Liliana Nazareno Godoy, mujer emprendedora moradora del barrio Santa Martha 1, tiene más de 10 años dedicada a la elaboración y venta de empanadas y morocho frente a la iglesia catedral Cristo Rey en la ciudad de esmeraldas, donde trabaja de lunes a sábado.
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JORNADA. Para Liliana Nazareno y su familia el trabajo empieza a las 04:00 elaborando la materia prima que será utilizada para su trabajo diario y a las 06:00 en compañía de su esposo y sus dos hijos, empiezan a armar el puesto donde atienden a sus clientes.
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ESFUERZO. Lucety Chichande tiene 19 años dedicada a la venta de morocho y empanadas; en su triciclo recorre el centro de la ciudad y lo hace por una fuerte razón, que es costear los gastos de tratamiento de una hija con problemas de cáncer y ayudar a los otros 4 que tiene.
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ESFUERZO. Lucety Chichande tiene 19 años dedicada a la venta de morocho y empanadas; en su triciclo recorre el centro de la ciudad y lo hace por una fuerte razón, que es costear los gastos de tratamiento de una hija con problemas de cáncer y ayudar a los otros 4 que tiene.
ESFUERZO. Lucety Chichande tiene 19 años dedicada a la venta de morocho y empanadas; en su triciclo recorre el centro de la ciudad y lo hace por una fuerte razón, que es costear los gastos de tratamiento de una hija con problemas de cáncer y ayudar a los otros 4 que tiene.
FIRMEZA. Sentada sobre una silla de plástico frente a un fogón y rodeada de racimos de plátanos maduros y de sacos de carbón es la rutina diaria de Arminda Rengifo, que a sus 86 años aún continúa trabajando, porque no tiene quién le ayude. Se dedica en la venta de maduros asados y vasos de leche en las afueras del mercado central de Esmeraldas.
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FIRMEZA. Sentada sobre una silla de plástico frente a un fogón y rodeada de racimos de plátanos maduros y de sacos de carbón es la rutina diaria de Arminda Rengifo, que a sus 86 años aún continúa trabajando, porque no tiene quién le ayude. Se dedica en la venta de maduros asados y vasos de leche en las afueras del mercado central de Esmeraldas.
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FIRMEZA. Sentada sobre una silla de plástico frente a un fogón y rodeada de racimos de plátanos maduros y de sacos de carbón es la rutina diaria de Arminda Rengifo, que a sus 86 años aún continúa trabajando, porque no tiene quién le ayude. Se dedica en la venta de maduros asados y vasos de leche en las afueras del mercado central de Esmeraldas.
CONSTANCIA. Adriana Valencia mujer colombiana que lleva 14 años radicada en la ciudad de Esmeraldas de los cuales 10 los ha dedicado a la venta de morochos y empanadas en su puesto llamado ‘Las Delicias de la Caleñita’, en las calles Sucre Juan Montalvo. En la actualidad tiene un problema visual pero no es impedimento para seguir trabajando.
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CARISMA. En el puesto No. 38 de la sección mariscos del mercado central de Esmeraldas, con una sonrisa en su rosto se muestra Humberta Quintero, con 30 años en el negocio de venta de marisco el cual le ha servido para darle educación, vestimenta y alimentación a sus tres hijos.
CARISMA. En el puesto No. 38 de la sección mariscos del mercado central de Esmeraldas, con una sonrisa en su rosto se muestra Humberta Quintero, con 30 años en el negocio de venta de marisco el cual le ha servido para darle educación, vestimenta y alimentación a sus tres hijos.
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CARISMA. En el puesto No. 38 de la sección mariscos del mercado central de Esmeraldas, con una sonrisa en su rosto se muestra Humberta Quintero, con 30 años en el negocio de venta de marisco el cual le ha servido para darle educación, vestimenta y alimentación a sus tres hijos.

Texto y fotos: Leonardo Villafuerte

Así como María, Liliana, Humberta y Lucety, entre muchísimas más, son madres de familia que a diario trabajan para poder contribuir en los gastos de la casa, dar una educación y ayudar a sus hijos a que se superen en la vida y tras de ellas existen grandes historias de sacrificio, emprendimiento y las ganas de seguir trabajando hasta que así ellas lo puedan hacer.

Texto y fotos: Leonardo Villafuerte

Así como María, Liliana, Humberta y Lucety, entre muchísimas más, son madres de familia que a diario trabajan para poder contribuir en los gastos de la casa, dar una educación y ayudar a sus hijos a que se superen en la vida y tras de ellas existen grandes historias de sacrificio, emprendimiento y las ganas de seguir trabajando hasta que así ellas lo puedan hacer.

Texto y fotos: Leonardo Villafuerte

Así como María, Liliana, Humberta y Lucety, entre muchísimas más, son madres de familia que a diario trabajan para poder contribuir en los gastos de la casa, dar una educación y ayudar a sus hijos a que se superen en la vida y tras de ellas existen grandes historias de sacrificio, emprendimiento y las ganas de seguir trabajando hasta que así ellas lo puedan hacer.

Texto y fotos: Leonardo Villafuerte

Así como María, Liliana, Humberta y Lucety, entre muchísimas más, son madres de familia que a diario trabajan para poder contribuir en los gastos de la casa, dar una educación y ayudar a sus hijos a que se superen en la vida y tras de ellas existen grandes historias de sacrificio, emprendimiento y las ganas de seguir trabajando hasta que así ellas lo puedan hacer.